I

265 2 0
                                    


                                                Érase una vez, en un mundo maravilloso...

                                                                    I

En las tierras lejanas de Maracay, había un rey que se hacía llamar Mauricio II, él vivía con su hija, la hermosa princesita Sophia. Por estas fechas de Abril, el rey cumplía años y todos en el reino estaban emocionadísimos y ocupadísimos a la vez, pues aquel festín debía ser el mejor del año, y el baile debía ser, por supuesto, el más elegante.

Muy lejos de allí, en la tierra de Mérida, había una dama llamada Guadalupe quien se maravillaba todos los años por aquella fecha.

- ¡En una semana cumple años Mauricio! –gritaba mientras corría de un lado a otro como buscando algo que se le había perdido.

- ¡muchacha! Deja de ser tan irrespetuosa, el rey Mauricio. El R-E-Y-.

- Y yo todavía no sé qué regalarle.

- Faltaba más, que podrías regalarle tú, déjate de estupideces, más bien acércate y ayúdame con esto.

Pero Guadalupe no escuchó más, salió de prisa de arriba abajo y de un lado a otro, algo se le debía ocurrir para regalarle al rey, este era un amigo muy cercano, a él lo apreciaba por encima de todos los demás a pesar de estar tan lejos, a pesar de ser quien era, y a pesar de no poder acercarse a él.

Paseó por el campo y buscó las flores más bonitas, pero a los hombres no les gustan las flores. Le preparó una pizza de cuatro pisos en forma de torta, pero la tuvo que repartir por su pueblo cuando recordó que era un camino largo hasta Maracay. Buscó entre todos sus libros pero no había entre ellos uno que el rey no hubo leído ya; finalmente decidió escribirle uno, pero su falta de ingenio la hizo arrepentirse casi inmediatamente de su idea.

El regalo del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora