Bea
Después de una hora apoyada en su pecho y hablando sobre diversos temas, tomé la iniciativa de volver a la fiesta. Me ha contado que suele venir a este tipo de sitios para despejarse de su rutina. Me ha contado que tiene dos hermanos, y que sus padres están divorciados, y que de mayor quiere ir a vivir al extranjero para estudiar psicología.
Al entrar en el local nos acercamos a la barra y se pidió una bebida, que en mi vida había visto, quizás porque al no beber no soy experta en bebidas alcohólicas. Probé un poco, me mataba la incertidumbre de que sentiría cuando un poco de alcohol recorriera mis venas. Sin duda, una gran adrenalina. Tomó mi mano y me llevó a la pista de baile, al no ser una gran bailarina mis expectativas de cagarla eran bastante altas, y me preocupaba el hecho de poder hacer el ridículo delante de él, pero al fijarme a mi alrededor, me di cuenta de que media fiesta estaba borracha y bailaba a su antojo, así que así lo hice. Me agarró de la cintura y me apretó junto a él, mientras yo instantáneamente entrelazaba mis manos en su cuello. Y la cosa no fue mal, bailamos, nos reímos y disfrutamos.
- Nunca me lo había pasado tan bien en una fiesta de estas. Gracias Bea. – Me susurra. Puedo notar su aliento caliente en mi cuello, y he de reconocer que no es una sensación desagradable. Éste chico es agradable, me siento cómoda con él. Me resulta raro sentirme tan bien con alguien al que conozco desde hace pocas horas. Pero no le doy más vueltas al tema, sonrío y aparto la cara para mirarle a los ojos.
- ¿Quieres que vayamos fuera? – Pregunta, y asiento. Los dos salimos fuera, donde a diferencia de antes, hay gente. Sin pensarlo, los dos nos alejamos por la carretera. - ¿Te lo estás pasando bien?
- Sí. – Le sonrío, y le miro, cuando para mi sorpresa él también me está mirando.
- Debo reconocer que bailas bien, aunque no mejor que yo, Señorita Sabelotodo. – Empieza a reír.
- ¡No me llames así! Me llamo Bea. Y he de reconocer, para tu desgracia que tú tampoco lo haces muy bien. – Veo que no se ríe y aparta la mirada. – Lo siento si te ha molestado. No quería...
Se echa a reír y me mira.
- También he de reconocer, que a pesar de que bailemos como el culo, yo también me lo he pasado muy bien.
Le sonrío.
Sergio
Tiene una sonrisa preciosa y sincera. No sé cómo he conseguido que se venga a pasar la noche entera conmigo sin conocerme de nada. Bea me encanta desde que la vi en una foto de Instagram que subió Carlos con ella. Salía haciendo el tonto, pero aun así estaba guapa. Me alegra estar con ella aquí, hablando y riéndonos el uno con el otro. Siento que la conozco desde hace mucho tiempo, y eso me relaja. No es como las demás, no tengo la necesidad de enrollarme con ella para luego no verla nunca más. Quiero hablar con ella, me cuente cosas de ella, saber sobre su vida, qué quiere hacer en un futuro, cuáles son sus gustos, qué tipo de música le gusta.
- ¿Hola? Tierra llamando a Sergio. ¿Sí o no?
- Ah, perdón, no estaba atento. Lo siento. ¿Qué decías? – Me mira con rostro confundido, pone los ojos en blanco y se echa a reír.
- Que si te apetece comer algo allí. – Señala un puesto de hamburguesas que hay a unos 100 metros de donde estamos. ¿Un puto puesto de hamburguesas? ¿A las 3 de la mañana? No tiene sentido. Al final acabamos sentados en medio de la carretera comiéndonos unas inmensas hamburguesas que parecían no acabarse nunca. Hemos estado hablando sobre ella, me ha explicado que sus padres no están divorciados a diferencia de los míos, y que tiene una hermana un año mayor que ella que se llama Nat. De mayor quiere ser cirujana, cosa que me asombra, no se le ve una chica que quiera estudiar medicina. Le gusta bastante Chris Brown y algunas cosas más.
Son las 8 de la mañana, llevo toda la noche con ella. Hemos entrado y salido de la fiesta, y hemos pasado toda la noche juntos, quién lo diría. Sinceramente pensé que me iba a mandar a la mierda en cuanto salí de la fiesta y me presenté ante ella. Pero aquí estoy, como un tonto mirándola a los labios, sé que me están hablando, pero no consigo concentrarme en lo que dice. No obstante, asiento y de vez en cuando suelto un ¨ahᨠpara que se crea que la estoy escuchando. No es que no me interese lo que me está contando, sino que estoy cansado, estoy embobado mirándola y un poco borracho.
- Gracias por hacer mi noche un poco más a mena, me alegro de haberte conocido, espero verte pronto. Nos vemos, Bea. – Le doy dos besos y me alejo. En el trayecto me maldigo un par de veces por no haberme lanzado y darle un beso en los labios. Cada vez que se mordía el labio inferior mis ganas aumentaban, pero no, si quiero llegar a tener algo con ella debo esperar. Creo que ha sido la mejor fiesta a la que he ido, y sin duda ha sido gracias a ella. Estoy deseando volver a verla.
+
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Tuya.
Teen FictionNunca he sido una chica de gran simpatía, una chica que rebose amistad. Prefiero quedarme en mi habitación leyendo y hablar sobre nuestras cosas con mi mejor amiga Sofía. Bachillerato siempre me había parecido algo crucial, lo que determinaba mi fut...