-Sam- El que había sido mi compañero, mi hermano, él... y aquí estoy yo -mierda- pensé mientras su pesado cuerpo caía ya sin vida y me miraba acusante desde la nieve.
Notaba que la poca energía que me quedaba comenzaba a agotarse, la niebla anulaba prácticamente mi rango de visión y hacía imposible distinguir el estado de la avanzadilla. Arrojé mi dispositivo de infrarrojos, -inservible en su estado de congelación- junto a mi amigo caído, no era el primero pero su desaparición me afectaba terriblemente. Note una punzada de dolor en el estómago y me dispuse a expulsar lo poco que había podido ingerir la noche anterior.
Me deje caer a cubierto tras un gran alerce siberiano,hacía un rato que el sonido de las armas se había disipado y nuestro mermado grupo habría avanzado por el este, la guerra de Cronhos no la nuestra pensé abatido, muriendo por un gordo imbécil -reí febrilmente-. Los tiempos eran difíciles , recordé aquel día en la taberna Rolin cuando dos adolescentes borrachos apuntaron -mas bien garabatearon- sus nombres en aquel mugriento papel uniendo el resto de su misera existencia a aquella manada de viejos lobos caza recompensas.
Me percaté del frío silencio que reinaba en el lugar, en ese momento descanse tranquilo, a veces llega un momento en el que te haces viejo de repente, sin arrugas en la frente pero con ganas de morir.
Quise sentir por última vez el tacto de la fría nieve bajo mis dedos , dejando escapar el helado vaho, descanse tranquilo, en mi silenciosa inconsciencia recordando lo vivido, a aquel niño enfurruñado bajo las mantas .
Volví en mi tras un rato, la lluvia sobre mi tez me despertó, siempre me ha gustado la lluvia, en ese sentido soy un poco extraño, mientras los niños del pueblo jugaban yo recuerdo que me sentaba sobre la milenaria roca que había en frente de nuestra cabaña al borde del gran Moher, también recuerdo cuándo la tía Lupa salía al porche y me llamaba para la cena.
Una débil sonrisa creció en mi rostro, no había tenido una mala vida y no me arrepiento de nada, esto había sido gracias, en parte, a la estrepitosa aparición de Sam ; el capullo me había avergonzado delante de Emily uno de mis lances de adolescente pero acabamos llevándonos bien. Él era bastante callado pero borracho no había quien lo parara.-Sam- murmuré en silencio- mi pulsera biométrica indicaba un notable descenso de mi temperatura corporal lo que solucioné gracias a una de mis últimas adquisiciones:un regulador térmico que había conseguido ganar en el último momento en una puja en los barrios bajos de Tokyo . Me incorporé cuándo vi aparecer al mermado grupo; Emiel y Teus -los dos grandes gemelos holandeses transportaban el cuerpo del joven Haru, hacía apenas un mes que se había unido a la agrupación,parecía herido, una de aquellas bestias le había alcanzado en el brazo cercenándolo hasta el hueso.Me dirigí hacia Cathal el que había comandado la formación, le informé de las bajas de mi flanco, el intentó sin mucho exito darme el pésame por lo de Sam. Me dirigí hacia Katie la única mujer integrante del grupo, pero que mujer, aún recordaba la épica paliza que le dio a Sam cuando se presento en nuestro campamento al comienzo de la campaña, Sam era muy inteligente pero carecía de tacto alguno con cualquier ser animado. Estaba colocándose su gran katana a la espalda sentada sobre una gran roca observando la interminable estepa siberiana que se perdía en el horizonte; me senté a su lado y únicamente,observé. Pasado un rato Kat se giró hacia mi y con visible tristeza me abrazó y pronunció un -lo siento- esas palabras, que permanecerían incrustadas en mi alma durante largo tiempo se añadieron al peso que ya cargaba; comenzando con la triste muerte de mi madre, la desaparición de Saoirse -mi prometida y el amor de mi vida secuestrada y mas que seguramente asesinada por la nueva Yakuza-, y acabando con mi amigo Sam.
-La muerte no existe, la gente solo muere cuando se la olvida- recordé la filosófica frase del viejo sabio hindú. Y yo no pensaba dejar que eso ocurriera, la muerte y el olvido de personas grandes y buenas, héroes del silencio.
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POESÍA DE GUERRA
RandomEste, el que es mi primer relato corto esta inspirado en la frase: -Fija tu vista hacia delante, en lo que puedes hacer, no hacia atrás en lo que no puedes cambiar- Espero que mis pequeñas aportaciones literarias ayuden a alguna que otra persona en...