CAPÍTULO ÚLTIMO

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-Arrancaron nuestros frutos, cortaron nuestras ramas, quemaron nuestro tronco, pero no pudieron matar nuestras raíces-

-Oscuridad- "Poco a poco siento como la soledad y la oscuridad me consumen"

Al fondo de una taberna, en el rincón mas oscuro y alejado, una sombra, un recuerdo del pasado, aquel ser; "el hombre".Oculto tras varias jarras de cerveza estaba el, yo, la cabeza encapuchada apoyada sobre la mesa, la vieja radio del propietario reproduciendo "is this love" de Bob Marley .

-Ehh, señor...Levanto aturdido la cabeza para toparme con un joven rostro, a pesar de que apenas distinguía formas se apreciaba en su expresión la incertidumbre.

-Señor...(repitió dubitativo)

-Si?

Es que..., estamos cerrando(pronunció con un hilo de voz)

Me crujieron un par de huesos al levantarme, estaba completamente entumecido, a que hora había llegado allí, no lo recordaba.Me dirigí cojeando hacia la puerta, mi estado debía ser realmente lamentable, balbucee unas buenas noches. ( bueno, al menos algo parecido) y salí al oscuro y frío exterior, el helado aire me recibió en un doloroso abrazo.Vagué por la plaza disfrutando de mi soledad acariciando con mi mente los viejos recuerdos me dirigí hacia la posada donde se habían retirado mis compañeros(los que quedaban) la compañía se disolvió, desapareció como una sombra mas, dejando tras de si, momentos, sobre todo de sangre y dolor. Cada uno se fue por su lado pero un reducido grupo decidimos seguir juntos, de momento pocos, a parte de mi: Kat, Haru,y Dagna la única incorporación al equipo un alto y prepotente moreno de procedencia Etíope que conocimos en la taberna dos días atrás, con un poco de suerte...la suerte, la suerte y la esperanza, solo ideas, sueños, solo mentiras, solo palabras bonitas con las que maquillar la realidad.Agarré el rudimentario candelabro magnético y me dispuse a subir por aquellas viejas y ruidosas escaleras de madera.

Me desperté gritando-¡OTRA VEZ NO JODER!- otra pesadilla, me senté en la cama, la manta eléctrica junto al edredón reposaban desordenadamente en el suelo,yo, cubierto de sudor y con un dolor de cabeza terrible, dejaré de beber decidí(bueno, eso no me lo creo ni yo).No se cuantas semanas llevaba sin poder dormir bien, supongo que desde lo de Sam pero en general nunca he sido de dormir mucho. Me dirigí hacia la ventana,en Oslo nieva durante todo el año, observé un pequeño bosque de coníferas nevadas, entre los árboles atisbe una figura, parecía humana, creció dentro de mi un sentimiento que creía perdido; la curiosidad.Tras calzarme las altas botas me bajé la capucha de mi negra capa, alcancé la recortada y me dispuse a salir.

Saludé con un gesto al posadero y abrí la pesada puerta de roble .Mis botas se hundían casi un palmo en la nieve, rodeé el antiguo edificio y me dirigí en dirección a la sombra.Me fui adentrando en el bosque, la capa me protegía del frío pero me quité la capucha, me gustaba sentirlo, los copos de nieve se amontonaban en las ramas , un viejo Galván observaba desde las alturas.Llevaba un rato siguiendo huellas sin encontrar nada mas que nieve y árboles ,estaba comenzando a cansarme cuando llegué a un claro, sobre mi se alzaban unas sobrecogedoras ruinas ;las misteriosas huellas se perdían en su interior.

Las derruidas estancias se sucedían , enormes telas de araña aparecían de vez en cuando cubriendo el poco techo que se mantenía intacto, debía estar atento, estaba en territorio de arcotejedoras y sabía que no sería agradable tener que enfrentarse a una de aquellas temibles bestias. Tras un rato llegué a una enorme estancia, todo el techo se había derrumbado, parecía una antigua iglesia.Caminé dejando atrás las filas de los antiguos bancos ,las huellas desaparecieron a pocos pasos del altar, la nieve caía copiosa sobre la estancia. Había algo extraño, el aire a mi alrededor se enrareció , me sentía, algo había aparecido en el viejo altar, me acerqué lentamente cada paso era mas pesado y terrible que el anterior contemplé con horror el infinito enmarcado en aquella negra rosa marchita, me arrodillé la situación me superaba por mucho sentía miedo y alegría a la vez, era confusión; aquel símbolo, aquel recuerdo que tanta felicidad tornada en dolor representaba, ese era nuestro amuleto, nuestra consigna, recuerdo aún lo que me costó encontrar la rosa negra, y mas aún el tallar el profundo infinito en la piedra y todo para ella, no sabía que significaba la señal, la rosa marchita pero tampoco quería saberlo, tenía que regresar, nunca había sido consciente de lo que era el miedo real,pero estaba seguro de que debía ser algo lo menos parecido, no pensé en coger el "regalo" en ningún momento ,solo corrí.

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⏰ Última actualización: May 30, 2017 ⏰

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