because it's you × h8shi

02. « despistado »

Habían pasado unos cuantos días desde que Minghao no asistía a clases. Hoshi estaba preocupado. A pesar de que vivían tan sólo a unos metros de distancia, Hoshi no había presenciado ninguna señal de vida del anteriormente nombrado.

Sabía que sólo podía preguntarle a una persona por él. No estaba realmente contento con la idea, pero era lo que podía hacer.

— ¿Por qué no ha venido a clases hoy Minghao? — Preguntó Soon, acercándose al más alto. Estaba avergonzado de hacer algo así, pero preguntar a Jun era su única opción.

— Ming está enfermo. — Suspiró Jun, con la mirada perdida.

Soonyoung podía notar que no era el único ahí que echaba de menos al pequeño. Realmente para Jun los días sin Ming no eran los mejores. Después de todo, ellos eran mejores amigos.

— ¿Lo has extrañado? — Preguntó.

— Sí, sí. Pero he ido a visitarlo estos días, y ya está mejor. Tan sólo es un resfriado. — Jun soltó una pequeña risa, como si recordara algo. — ¿Sabías qué su voz suena realmente graciosa cuando está ronco?

— No. — Dijo Soonyoung, con un tono áspero.

Obviamente que no lo sabía. Él no sabía nada acerca de él. Es más, hasta había olvidado su voz.

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— Oye, Junhui.  — susurró Soonyoung, haciéndole señas al castaño para lo viese.

Junhui se giró hacia él y lo miró, cansado ya de la situación.

Había estado todo el día preguntándole cosas, todas referentes acerca de Ming.

— ¿Sí, Soonyoung?

— ¿Por qué Minghao me odia? — Preguntó, sin vacilar.

El castaño lo miró atentamente y contestó divertido. — ¿Odiarte? Bah. Ming no es capaz de odiar a ningún ser. Él está llenito de amor.

— Pues es así contigo solamente... — Bufó Hoshi.

Junhui no contestó, así que Soon continuó hablando. — En realidad él me odia. Él nunca me contesta cuando le hablo.

El castaño infló las mejillas tratando de contener las ganas de reír.

Soonyoung frunció el ceño. — No es gracioso, Jun.

— Es realmente gracioso. — Dejó escapar una risita  — ¿Es qué no te has dado cuenta?

— ¿Darme cuenta de qué cosa?

— Minghao tiene problemas con el idioma, no domina bien el coreano. Quiero decir, puede leerlo y escribirlo; pero no es realmente bueno en la pronunciación. A veces no entiende cuando le hablas, así que tienes que escribir lo que quieres decir o simplemente hablar más despacio.

— No entiendo.

— Vaya, eres más lento de lo que yo creía.

— ¡Oye, qué no soy lento! — Bufó, mientras le daba un codazo al castaño. Éste se acaricio la zona afectada, sonriendo.

— Pues claramente Minghao no es coreano, Hoshi. —Río nuevamente.— Es chino. Meses antes de mudarse a Corea comenzó a aprenderlo, pero para él es realmente complicado. Por eso yo le ayudo.

—  ¿Tú entiendes chino?

— Hoshi, yo soy chino— Jun golpeó su frente con su palma, divertido. Este chico no notaba nada, al parecer. — No lo notaste porque, bueno, porque nunca habíamos hablado siquiera.

Hoshi estaba estupefacto en su puesto. Respiraba irregularmente y su corazón bombeaba más rápido que de costumbre. Al parecer habían muchas cosas que no notaba.

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El timbre que indicaba el final de las clases sonó después de unos minutos. Soon tenía la mirada fija en el piso. Jun se puso de pie, al igual que todos los estudiantes, formando rápidamente una fila para salir.

Soonyoung se puso de pie al notar que era el único aún en las sillas. Tomó su mochila y se colocó su usual abrigo. Le dedico una bonita sonrisa a la profesora antes de salir y se ubicó detrás del resto.

Los pasillos estaban repletos de estudiantes. A la mayoría conocía y saludaba. Siempre había sido caracterizado por ser muy sociable, sin embargo se sentía algo solo algunas veces; como por ejemplo, el día de hoy.

El más bajo apresurado se acercó a Jun para evitar que se fuera.

— Jun, aún no termino con las preguntas...

— Demasiadas preguntas por hoy. Mañana seguimos con la sección.

— No, espera. — Tomó del brazo al más alto, y lo miró a los ojos. — Jun, si es cierto lo que me dices, entiendo que no me conteste cuando le hablo, pero... Aún sigo sin comprender algunas cosas. — Tomó aire y pensó rápidamente las palabras adecuadas. — ¿Por qué se va cuando nota que estoy cerca de él? Parece que lo pongo incómodo.

— Eso es algo que en realidad no puedo contarte... — Sonrío el castaño. — Ten bonito resto del día, Hoshi. — Dijo, antes de perderse nuevamente en la multitud de estudiantes.