El dolor

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Hay momentos de la vida en los que nos sentimos llenos, completos, como si acabáramos de despertar al primer día de vacaciones, rodeados de luz y la alegría nos llena. Estamos enamorados, nuestro corazón enloquece frente a esa persona y nuestra lengua falla. Daríamos lo que fuera por estar con esa persona todos los días. Pero después viene el golpe de la realidad, la vida te hace entender que tal vez puedas amar a esa persona, pero no poseerla; que sin importar lo que diga tu corazón, si esa persona no quiere estar contigo y desea alejarse debes permitirlo. Por más que duela, si desea irse no tienes derecho a pararle. El corazón llorara, reclamará. Pero si no eres para esa persona entonces no tiene sentido esa relación y lo mejor es alejarse. Llorar en silencio y a la distancia, oculto de aquellos que desean verte derribado.

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