Como Si Pudiera Oírlos

Capítulo 4

Dedicado a camilerosier7
Feliz cumpleaños!! De nuevo ;)
Sigo siendo tu fan #1.

Allison

Después de ensayar nuestro numero por un par de horas, Ethan y yo estamos exhaustos y hambrientos.
La coreografía era algo simple. Giros, maniobras en el aire, saltos y mas giros. Lo realmente complicado era mantener el equilibro sobre las pértigas. El ritmo de nuestro número implicaba algunas pausas y para esto ulilizabamos las barras de metal suspendidas en el aire por cables.
Estámos justo sobre una de ellas, a varios metros del suelo cuando unos aplausos nos interrumpen.
Johana, la "maestra de los acróbatas", nos saluda desde abajo -bien hecho, chicos. Allie, si te colocas un poco mas hacia la derecha tendrás un mejor acceso a las cintas*. Ahora bajen los dos, que la comida no estará caliente por siempre-

Nos deslizamos por la tela hasta el suelo y seguimos a la mujer fuera de la carpa y hasta los comedores.
Johana es quien me enseñó todo lo que sé sobre danza aérea y acrobacia. Ella me tomó como su aprendiz a los cuatro años y me mostró el mundo del ballet y la danza contemporánea; y cuando tuve edad suficiente me dejo practicar con las cintas; yo de inmediato quedé fascinada, combinaba lo mejor de las artes escénicas que ya había aprendido y lo mezclaba a 7 metros sobre el suelo. En ese momento supe que había encontrado mi vocación.

El comedor es un espacio enorme improvisado lleno de tablones que hacen las veces de mesas y un montón de sillas plegables. Se encuentra en el extremo mas alejado de la carretera, justo a unos metros del bosque. Todo en el circo debe ser portable y práctico por nuestro propio bien. Nadie posee mas de lo que necesita y menos de lo que puede cargar. Esa es la regla general de equipaje.

Ethan se despide de mi y se va directo a la carpa-cocina a buscar a su madre, mientras que yo me dirijo a la mesa del fondo donde Miranda me hace señas para que me acerque, sus pulseras y brazaletes tintineando mientras agita sus manos para llamar mi atención. Su perfecto rostro en forma de corazón y su tez morena, por no hablar de su rizado cabello negro y sus ojos de un profundo color marrón, la hacen encajar perfectamente en su papel de adivina.

-Hey, Allie. Lista para otra noche de estreno?- saluda en cuanto me siento.
-por supuesto- digo mientras me dejo caer en la silla junto a ella y me ofrece una de las dos tazas humeantes que tiene en frente. El vapor del liquido oscuro forma remolinos hasta mi nariz y yo inhalo el delicioso olor del café. Suspiro, no hay nada mejor que esto, excepto tal vez el chocolate.

-Hoy, más temprano fui a la ciudad. Es bonita, deberíamos verla antes de irnos- dice ella.
-Por supuesto. Hay algunas cosas que quisiera comprar-.

Puede que no tengamos que preocuparnos por la comida o tener un lugar donde dormir, pero aun así todos tenemos gastos personales y el tío Bien es consciente de eso, así que nos asigna a cada uno, una comisión para dichos gastos.
Tomo un sorbo del liquido oscuro y dejo que inunde mis sentidos. Me encanta el sabor amargo que deja en el paladar, siento como el calor se extiende por mi garganta hasta mi estomago y no puedo contener la necesidad de beber más para repetir el proceso.

-"Feliz cumpleaños a ti"...- las primeras notas de la cancioncita interrumpen mi pequeña burbuja con olor a café y me giro para ver un grupo de personas que salen de la cocina. Y se dirigen justo hacia acá. Oh no.

-"...feliz cumpleaños querida Allie...."- escucho a Miranda cantar detrás de mi. "Traidora", la miro y ella me ignora y sigue cantando.

Es necesario decir que odio esa canción, en especial cuando va dirigida a mi? Estoy segura que la persona que tubo la gran osadía de inventarla no tenía la menor idea de lo que es el momento-incomodo-en-el-que-no-sabes-que-cara-poner.