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Ya era de día, lo sabía porque pude sentir los rayos del sol entrar por la ventana. No quería pararme, nuevamente sentía miedo, ¿la razón? Otra vez estaba en la misma situación que hace 5 años, actualmente 10 años, pero no me quedaba de otra que enfrentarlo de nuevo. Volteé a mi derecha donde me encontrarme con mi esposa abrazada de mis hijos, aún me pregunto cómo fue que cupimos todos en esa pobre cama. Una sonrisa triste se formó en mi rostro, los recuerdos comenzaron a aparecer, sí, los recuerdos cuando ella se metía en mi cama por pesadillas que solía tener; esos recuerdos de la niñez con ella estaban comenzando a aparecer y atormentarme, debía despejar mi mente un rato antes de que comenzara la tortura.

Sin ganas me levanté de la cama y me dirigí a la ventana, cerré las cortinas para que la luz no molestara a mi familia, aunque, en esos momentos el decir 'familia' sería algo inapropiado por mi parte, ¿por qué? Simple, había perdido a otro miembro de ella y era la más importante, a la cual le fallé por no cumplir la promesa a mi madre de cuidarla. Había fallado una de las promesas más importantes que le había hecho a mi madre.

Tomé rumbo a la ducha, quería refrescarme y tratar de entretener mi mente, pero es algo difícil el ignorar el hecho de que has perdido a tu hermana pequeña y lo más importante es el ignorar que estabas a pocas horas de enterrarla y no verla nunca más. No entendía por qué me seguía diciendo eso a mí, me estaba haciendo daño y yo lo sabía, pero no podía dejar de pensar en eso.

Salí del baño y me dirigí a la habitación, mi esposa ya no estaba por lo que suponía que estaba en la cocina. No faltaba mucho para que comenzaran a llegar las personas así que me vestí con un traje penumbra, cualquiera que me viera a distancia notaría que iba a un funeral.

—El desayuno está listo —dijo Lucy—, baja y come algo antes de comenzar, debes recuperar energía. —Dijo mientras acomodaba mi corbata.

¿Recuperar energías para ver como entierran a mi hermanita? Todavía hoy recuerdo aquello, en cierto modo me molesto lo que ella dijo, pero no la culpo, en esos momentos me sentía una mierda incapaz de seguir, pero tenía que ser fuerte por mi familia. Me acerqué a ella y le di un delicado beso en los labios. ¿Delicado? Fue más, algo seco y sin sentimiento de mi parte, pero por ella fue como si me estuviera besando por lastima, al igual que hace 5 años. Odiaba y odio este sentimiento.

Me separe de ella de inmediato, no podía con ese sentimiento amargo que tenía en esos momentos. Sin pensarlo mucho obedecí a la orden de mi esposa y baje a desayunar, fue triste el bajar sin que alguien se interponga en mi camino y se suba a mi espalda sin permiso. Para ser honesto, ella en ese tiempo ella parecía más mi hija que mi hermana, pero cundo se lo proponía, hacía muy bien el papel de hermana insoportable y cariñosa. Sin darme cuenta, otra vez se me había formado una sonrisa amarga en la cara, tenía que dejar de hacer eso.

Al llegar a la cocina vi en la mesa un plato con dos tostadas, un vaso de jugo y... el periódico a un lado, si, como si me fuera a poner a leer el periódico en esos momentos. No le di más vueltas a eso y me senté a desayunar con la amargura más grande que pudiera existir en ese entonces

—Buenos días papá. —Dijo mi pequeño primogénito, si él estaba despierto eso significaba que mi esposa ya había comenzado a preparar a los niños.

Hijos, son los orgullos más grandes de los padres, después de todos son una parte de ellos, son un pedazo de su ser y suelen heredar muchos rasgos de ellos, pero en ese momento, no había una pequeña pieza que me recordara a mi pequeña hermana, y como lo va a ver si ella no pudo a vivir ese milagroso y hermoso momento. Por un instante, en ese momento, comenzaron a venir recuerdo del nacimiento de mis dos hijos, pues mi pequeña hermana parecía más feliz y nerviosa que yo en ese momento y más que yo era el padre.

Aun lo recuerdo, y como olvidar los momentos más bellos de mi vida. Primero fue Michael. Un día bastante ajetreado y todo por ella, luego con luke, con él hubo un poco de experiencia, pero como decir que todo estuvo calmado, cundo tienes a una hermana menor, que te pone más nervioso disiento que era muy posible que a Michael no le gustara su hermano. Si, ese día también fue muy atareado.

Todos los días eran una locura, pero eran mis momentos favoritos. Sin decir que no me quede atrás con las locuras.

Creo que ya me Salí un poco del tema, pero lo decía; lo digo y l seguiré diciendo y es que todo el día con ella eran una aventura.

Pero no todo el tiempo fue así, también estaban los días; malos, pésimos y horribles. Recuerdo que algunas veces llegada del colegio, muy mal, y aun vez trate de preguntar y ayudar, pues ella solo me decía que se había discutido con su mejor amiga, nada serio por lo cual yo debía de preocúpame, o eso me decía ella. Como no estaría preocupado si yo era quien estaba a cargo de ella, aparte de que era, lo siento, es mi hermana.

Nunca pude dejar de estar preocupado por ella, después de todo era mi única familia que me entrelazaba a mi difunta madre.

Ellas se parecían mucho, al igual de que eran inseparables, siempre hacia complot las dos contra mí, y el día que conocí a mi esposa ellas también estaban ahí, se la pasaron molestándome con eso todo el camino a casa y luego en ella, mi madre tuvo la maravillosa idea de pasarse por mi esposa para molestarme, aunque les debo mi matrimonio e hijos a mi madre y hermana.

Sin ella en ese momento, no hubiera pasado nada y hoy sería un miserable tirado en la calle, que, al enterarse de la muerte de su hermana, lo primeo que hubiera hecho, seria suicidarse, para no quedar solo en este horrible y miserable mundo.

—Hola campeón... ¿Cómo dormiste? —Pregunté, tratando de sonar un poco normal, pues bien sabía que esto podía afectar a mis hijos, así que pensé en no sonar tan desesperado.

—Bien, aunque un poco apretado jeje. —Por eso amaba y amo a mis hijos, pues simplemente ellos ven atreves de mí y al saber por lo que paso, tratan de estar lo más normal posible, algo increíble para un niño de 6 años.

—Creo que sería lo normal, pues dormimos todos en esa pobre cama. —Dije tratando de sonar tranquilo y entablar una agradable conversación con mi hijo.

—Sí, jeje por un momento pensé que se rompería con todos nosotros arriba.

—Como piensas eso? Ni que ustedes fueran tan pesado, porque por mí no se rompería ya que soy bastante liviano. —Respondí.

—Papa, nosotros no somos tan gordos.

—Pues fuiste tú el que dijo que la cama se rompería por lo pesados que eran.

—Solo estaba jugando. —Otra agradable conversación con mi hijo, donde los dos hasta pudimos bromear un rato.

Ciertamente necesitaba eso, ya se podría decir que estoy listo para enfrentar lo de esta tarde... Mentira, aun no estaba listo y nunca lo estuve, solo fue algo que tuve que dejar que pasara.

—Ven aquí hijo ¿no quieres desayunar con tu padre? —Pegunte, pues cada simple detalle es importante para que se entienda lo que cuento.

—Si. —Una simple palabra que basto para que se sentara en mis piernas a comer mi desayuno junto a mí.

—Papá, ¿Te encuentras bien? —pregunto, no puedo negar que dude, por lo mismo un rato dure...

—... Sí, estoy algo triste por lo sucedido, pero estaré bien... no te preocupes por este viejo. —Conteste después de un breve silencio, pues lo menos que quería era que mi hijo se preocupara por mí. Sabía bien que estos los afectaría mucho, y más a luke.

Después de desayunar con mi primogénito, lo lleve arriba para ayudarlo a ponerse el traje. Era triste que hasta mis hijos tuvieran que usar un traje penumbra. Cuando subimos, vimos que luke ya estaba listo, pues mi esposa lo ayudo, después de todo había cosas que el aun no sabía hacer.

Cartas de un adiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora