Capítulo 2

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Llegué a mi casa con un cansancio tremendo, esperando que no hubiera nadie en la casa. Tal vez solo quería pensar.
Entré a la cocina para tomar un poco de Coca-Cola.
Abrí la nevera y tomé el refresco tranquilamente.

-Hola hermanita-escuché la voz de Logan detrás de mi.

Di un brinco soltando la botella. 
Esta se abrió y todo el líquido se esparció por el piso.
Al menos hubiera avisado que estaba ahí.

-Uy, creo que con eso llevamos otro problema en la lista "desgracias de Hailey".

-Ja, ja. Siempre tan bromista-dije rodando los ojos.

Tomé un trapo, lo remojé con agua y me puse a limpiar el refresco tirado.

-No es bonito que te quedes mirando-le dije.

-Y no es bonito que lleves las 34 desgracias en tu lista.

-Esa lista es muy estúpida-pronuncié en voz baja mientras terminaba de limpiar. Aquél líquido se había secado en segundos y había resultado un poco difícil de limpiar.

Para eliminar una desgracia de mi lista, al terminar, le tiré el trapo a Logan en la cara, haciendo que una dona que llevaba él se desplomara por el piso.

-Ops, creo que es una primera desgracia para tu lista-sonreí y fui corriendo a mi cuarto.

Saqué de la mochila la nota que el doctor Dawkins me había dado. Miré la dirección.

                  Calle Broadway
    Edificio: Healthy Community.
                      Piso: 19
          Doctor: Henry Holmes
               Consultorio 34

Por un momento pensé en que no habría razón por la que entregarle el recado a mi madre.
Pero me puse a razonar, no quería ocultar nada que pronto se diera cuenta.
Gracias a, Logan.
Alguien tocó la puerta de mi habitación, lo que me hizo dar un brinco.

-Hailey, soy yo... Como te fue en la preparatoria?-la voz de mi madre sonó tranquila. Me encanta su forma de ser, no se enoja muy rápido. Es lo contrario a mi.

Guardé rápidamente la nota arrugándola un poco, pero la verdad no me importaba, es más, me hubiera gustado que se hubiera roto.
De alguna manera, los nervios me aumentaban.

-Bien...lo que pasa es que no me siento bien.

Pasé las piernas por arriba de la cama, recostándome.
Tiré la mochila de la cama dándole un patada leve.
La puerta se abrió y entró mi madre con su uniforme. Ella trabajaba en una escuela primaria no muy lejos de casa. Era maestra.

-Fuiste a la cita con el psicólogo?-dijo acercándose a mi cama. Cerré los ojos fingiendo estar quedándome dormida.

-Hailey... Alguna novedad?

Abrí un poco los ojos, lo suficiente para ver como arqueaba las cejas y me miraba fijamente.

-No, y te agradecería que me dejaras descansar-dije. Ella se sentó en la cama, al final, donde estaban mis pies.

-El doctor me habló. Se que te dio una cita con un nuevo psicólogo.

Me incorporé de golpe. Sabía que le diría a mi madre dado el momento, pero no pensé que fuera tan pronto.

-Y si ya sabías... Por que me lo preguntas?

-Por que quería ver si me mientes-así de fácil lo dijo.

-Te lo iba a decir de todos modos-después de decir eso, dudé un poco.

Acerqué mi mochila a mi cama, estirándome un poco para alcanzarla.
Al hacerlo, lo primero que hice fue abrir la cremallera y buscar aquella nota para librarme del problema.
Se la entregué con mano temblorosa.
Mi madre se quedó mirándome por un momento, hasta que tomó la nota y la leyó.

-Irás quieras o no-dijo al terminar de leerla.

De algún modo, me sentía decepcionada de esa amabilidad y comprensibilidad.
Pero me dije que era lo correcto.

-Mañana por la mañana-pronunció aquellas palabras antes de salir de mi cuarto.

Escuché un sonido que provenía de afuera, traté de convencerme que solo era mi imaginación.
Cerré los ojos tratando de descansar un poco y olvidarme de todo, pero no podía.
La única forma de ir a otro mundo es leer un libro, así que me puse de pie y me acerqué al buró, donde tenía un par de ellos.
Tomé el primero y me senté en una silla.
Mientras leía orgullo y prejuicio mi mente parecía irse a otro lugar, navegando en cada una de las letras.
Pero lamentablemente, el cielo nublado respondió con gotas de agua.
Una tormenta se aproximaba.
La lluvia hacía que me deprimiera, así que ya no me podría concentrar en el libro. Lo puse encima de los demás y me recosté en la cama.
Escuchaba como las gotas de agua caían sobre el tejado del vecino. Cerré los ojos, logrando dormir profundamente. 


-Hailey!-los gritos hicieron despertarme.

Abrí los ojos rápidamente, se oía el viento exageradamente, era la señal de la tormenta.
Me puse de pie y abrí la puerta blanca de mi habitación para ir a donde se escuchaban los gritos de mi madre.
Al llegar a la primera planta, vi a mi madre y a mi hermano, poniendo tablas en las ventanas para reforzarlas a estas.

-Oye chica, podrías ayudar?-la voz de mi hermano sonó entre enojada y cansada.

Me apresuré a acercarme a uno de los dos, mi madre.
Minutos después de terminar el trabajo, los dos se tiraron al sillón muy cansados.
Yo, al contrario, me quedé parada observando por la pequeña ventana que estaba un poco mas arriba del centro de la puerta, como la lluvia caía ya con menos velocidad.

-5:10 am-susurró Logan mirando su reloj.

A las 6:00 am me tendría que arreglar para ir a la nueva cita con el amigo del doctor Dawkins, pero la curiosidad de saber si aún iría a aquella con el clima presente, me invadía la mente.

-Aún está en pie ir al psicólogo?-miré a mi madre con esperanza.

-No lo se hija, lo discutiremos más tarde-respondió.

Como por obra de magia, la luz que alumbraba la casa, se fue.
Así por que si.
Sentí un tremendo escalofrío al no poder ver nada.
Se vio una pequeña luz amarilla que venía de la cocina, pero me di cuenta que era Logan, ya que se le veía un poco la cara.
Mi madre me dio una vela pequeña.

-A veces me pregunto por que vivimos en este barrio de mala calidad.

-No es mala calidad, es una tormenta, Logan-respondí poniendo los ojos en blanco. Sabía que mi hermano era idiota, pero no pensé que su idiotez llegaría a ese punto.

Llegué al segundo piso con poca dificultad, ya que con la vela que llevaba, no se alcanzaba a ver las escaleras de caracol que había.
Si trataba de dormir otra vez, solo si lo intentaba, tal vez lo conseguía.
Así que lo hice.

OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora