Introducción

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Y me siento , las únicas capaces de moverse son mis piernas al son de mi corazón , tiemblan con fuerza queriendo provocar un terremoto.
Terremoto de odio y de puñaladas sangrientas a mis ojos y a mi mente .
-jajaja puedo reírme sin pararme a pensar ¿por qué? De todos lo que me estás diciendo.
Sólo conservo mis carcajadas y ví prudente regalárselas a ella.

-deja de mentirte a tí misma y no te riás sin ganas que se te notan desde aquí las irónias.
No me pude concentrar en responderle, cualquier respuesta hubiera sido un intento fallido de salir de aquella situación intacta pero hasta las paredes me gritaban que saliera corriendo para no mirarle a la cara y pensé, por un momento, si valía la pena malgastar mis zuelas por enfrentarme a ella.

-cállate, te quedarás con la intriga de saber por que el tiempo me ha hecho así.

Ni yo misma me creía lo que le estaba diciendo, pero solo habían dos opciones, o mandarla a la mierda y olvidar su existencia o negarle lo evidente y seguir pareciendo estúpida por un tiempo .
Quizás mi cabeza ya no daba para más y prefería no perderla y ser una estúpida que volver a construír una rutina sin ella , además sólo quería ayudar supongo, es lo que hacen los amigos ¿no?.
Cómo dejarla ir si me quiere y seguro que lo hace para quitarme un peso de encima , por que así es Carlota , me río a carcajadas cuando se va con esa cara de enfado que me está poniendo ahora mismo.

-jajajajajajajaja ¡deja de mirarme tú! ¿quién te ha dado permiso para mirarme así?
-Como no me digas ya lo que es me largo y te olvidas de mí bandida
-Cuando dejes de llamarme inútil lo sabrás idiota
-No puedo dejar de decirte una cosa que eres
-Me largo antes de que te de uno de tus ataques nerviosos y me grites jajajajajaja
-¡que yo no grito!

No soporta que le eche en cara los gritos que me pega la verdulera, pero si ella supiera como me alegra las tardes esos malditos gritos estaría ya con el tímpano roto. ¿Cómo no quererla? , Carlota solo mira por mi bien y encima no para de hacerme reír, que imbécil me siento a su lado, y que incrédula se sentirá cuando conozca el pasado de su maravillosa Rachel. Pero ya lo sabrá más adelante, es una caprichosa y en estos años que la conozco siempre lo ha sido y me ponen de los nervios sus malditos caprichos pero le quiero. Que inútil y ridcula me siento admitiendo que la quiero, alfinal va a tener razón y todo , pero no se la pienso dar por que alfinal se le sube a la cabeza y se lo terminará creyendo.
Pero ahora solo recorro el inmenso pasillo para salir de su casa por la puerta grande y solo me quedan un par de gritos de despedida hasta otro día. Debo irme a casa o eso es lo que mis pies desean por que caminan con más fuerza que nunca intentando correr pero mis fuerzas los paran.
Llegar a mi cuarto es la única solución para calmarme ahora mismo , pensar en el cigarro y el humo que va a entrar en mis pulmones según pise mi habitación me relaja y empiezo a andar con tranquilidad, apenas me quedan un par de metros para llegar a mi infierno y encerrarme en el como una de mis mejores celdas. Que pérdida de tiempo sería contarle lo sucedido si ni ella ni nadie sabe lo que es, pero algún día tendrá que enterarse y será por mi y no por otro.
Mis ojos empiezan a notar la ansiedad de mi pulso y lagrimean, la verdad que no me explico por que comienzan a brotar lágrimas por mis mejillas ahora si ya lo tenía superado.
Bueno quizás solo quería pensar que estaba superado, pero y ¿ si no lo está? Y ¿si se queda para siempre? Pediré justicia y haré justicia a lo largo de mi vida , dicen que el tiempo pone a cada uno en su lugar pero si no lo pone me encargaré con mis propias manos de que saboree la misma sustancia que me dio, prometo que aunque sea por un instante recordará lo que es el dolor propiamente dicho.

Entre mil piernas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora