1°: Fantasía

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Llevo encerrado en una celda desde hace dos meses, con poca agua y prácticamente nada para llevarme a la boca. Hace un mes escaso empecé a notar la delgadez de mi cuerpo.

Se supone que esto es ilegal; no somos exai, esclavos, y no nos pueden tratar así.

-¿Ya estás pensando otra vez en tus tonterías chaval? -suspira mi compañero de celda mientras cambia de posición-. Te vendría bien hablar algo; de lo contrario, acabarás loco.

-¿Como tú?

-Exactamente, justo como yo.

-Recuerdame cuántos años llevas aquí -digo, girándome para mirarle.

-Seis años. Dicen que a partir de los diez te vuelves majar...

-Shhhh, viene alguien -le corto.

Ya había tenido una visión sobre esto: alguien viene a buscarme.

Un akiro abre la puerta de la celda, y me hace una señal para que le siga. Mientras salgo de esta horrible prisión, miro hacia atrás varias veces para memorizar el camino, por si acaso tengo la posibilidad de escaparme.

Me lleva escaleras arriba, todavía esposado, hasta la habitación de un ther, y me deja allí mientras el ther me examina de arriba a abajo.

-Sé lo que estás pensando, y ni se te ocurra. No vas a tener la más mínima posibilidad de escapar. - Aprieto los dientes-. Te preguntas por qué te hemos encarcelado durante estos dos meses. Pues aquí va la respuesta, eres un ladrón. ¿Qué te esperabas?

-Yo no robé nada.

-Ah, ¿no? ¿Estás totalmente seguro de ello? Porque estoy seguro de que este eres tú -dice, señalando una grabación que muestra como estoy robando las joyas de un lurer. Yo.

-Imposible. -Sigo mirando la grabación hasta que se corta. Me quedo un rato en silencio pensando, pero cuando veo que me está mirando con impaciencia, reacciono -Ese no soy yo, lo juro por Haik.

-No jures por nuestro dios en vano o pagarás las consecuencias, muchacho.

-Por favor, de verdad que ese no soy yo. Cabe la posibilidad de que un lurer me haya utilizado...

-No acuses a un rango superior sin tener pruebas, augurio.

-Pero es posible.

-¡Cállate! -grita, sin cambiar la expresión calmada de su cara.

La sala se queda en silencio durante unos minutos, hasta que él vuelve a hablar.

-Queremos que nos digas quién ha sido. Si, como dices, no has sido tú, entonces ¿quién?

-¿Cómo voy a saberlo?

-Eres un augurio. Algo podrás hacer, digo yo.

-Las visiones que nosotros tenemos no funcionan así, no podemos controlarlas.

-Ya veo... Entonces tendré que mandarte a la misión que dijeron los Fao.

-¿Esos locos alados? -pregunto, preocupado - ¿Qué quieren que haga?

-Nada, un trabajillo de nada a cambio de tu libertad. Quieren crear una poción para librarnos de las Cebollas de una vez por todas.

-No lo haré -me niego.

-¿Te creías que te íbamos a dejar salir tan fácilmente? -se ríe mientras saca unas anotaciones y me las enseña-. Tendrás que ir, coger una capa de una de ellas y traérmela. A partir de ese momento serás libre.

Salgo de la habitación escoltado por akiros. Al final de la conversación con el ther, me dijo que un akiro me acompañaría en el viaje, así que estoy esperándole en la puerta para salir de la ciudad lo antes posible. Por supuesto, antes de dejarme aquí me quitaron las cadenas para que pudiera realizar la misión sin problemas.

Las Anónimas  (El Equipo Ganador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora