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Alec Vulturi

Ya estaba cansado de la híbrida, no quiero estar más cerca de ella, al terminar de alimentarse nos dirigimos al castillo, ella dirigiéndose por otro pasillo mientras yo llegaba al salón de tronos. Realice la típica reverencia al entrar a la sala de tronos.

— ¿Cómo te ha ido con mi querida Renessme? — pregunto con burla Aro

Desde hace diez años, Aro y yo no nos llevamos bien, las discusiones de diferentes planes, estrategias entre otras, terminaban en discusiones.

— Quiero pedir mi cambio, no me considero ser el más capacitado para cuidar a la híbrida.

— Estas equivocado si dejaríamos que te salieras de el plan que tenemos — pronuncio Caius incrédulo y bufando por lo bajo.

— ¡Me vale la misión! — exclamo molesto.

— ¿Quieres vengarte de los Cullen? — pregunto Aro levantándose de su trono y acercándose a mí.

—Claro que sí.

Aro asintió con su cabeza y miro a mi hermana.

— Jane, se amiga de Renessme —ordeno.

—Está bien — respondió.

—Bueno, si ya no hay más que discutir pueden retirase — ordeno sin decir más, mi hermana y yo nos retiramos del salón de tronos.

Renessme Cullen

La vida siempre te brinda sorpresas, sorpresas de esas que te pueden realizar daño o....no, sorpresas que pueden hacer tropezar contigo en el camino o puede que no, sorpresas que nos brinda emoción y felicidad.

Tocaron la puerta y autorice su entrada, sorprendiéndome que era Jane.

— ¿Qué necesitas? — pregunte de manera brusca.

— Venia a disculparme contigo, se que me comporte mal y me arrepiento mucho — dijo con serenidad y tranquilidad, mirándome a los ojos.

Me cruce de brazos y la mire con seriedad.

— No sé qué pretendes con esto, pero no caeré en tu trampa.

— No es ninguna trampa, crees que yo le pediría perdón a cualquier persona que se me atraviese. Te trate mal porque vi reflejado en ti la vida que alguna vez quisiera tener, pero no la tengo y ... tengo envidia de eso, pero de nada me va a servir odiarte porque eso no cambiara nada.

Sentí que había dañado todo y descubierto a una Jane diferente, una que es débil y llena de temores.

— Lo siento Jane, es que se que tengo que estar prevenida de cada uno de ustedes.

— Lo sé, pero yo solo aparento Ren, la del exterior no es nada comparado a mi verdadero yo. Así que podemos ser amigas.

Asentí, sonriéndole.

Ella efusivamente me abrazo, le correspondí.

— Gracias Ren, no te defraudare.

— Se que no lo harás.

Nos separamos del abrazo y ella me sonrió, pero esta vez una sonrisa traviesa.

— Mañana me confirmas ¿Cuándo vamos de compras y llevarte a conocer Volterra? — propuso.

— Te aviso mañana sí.

Ella asintió, saliendo de mi habitación y entrando de nuevo otra persona, esta era Alec junto con una bandeja y tazones de comida en él.

Sin saludar dejo la bandeja en la mesa que hay al lado de mi cama; volvió a mirarme con una mirada penetrante.

— Gracias, pero no debiste.

— No agradezcas, esto no lo hago por mi voluntad sino porque me toca— responde con cinismo.

— Definitivamente no cambias, sigues siendo egoísta, soberbio, cínico, ególatra, estúpido entre muchos más — respondo arisca y molesta. Me cruzo de brazos y lo quedo mirando.

El ríe y niega con su cabeza divertido.

—Juzgas sin conocer.

— Yo no juzgo, sino que digo lo que he visto.

— No porque mi comportamiento sea el que dijiste quiere decir que sea así con las personas que me importan, es una fachada linda, pero no creo que comprendas eso y nunca lo comprenderás porque nunca quisiera conocerte ni tú a mí.

Respondió con su comentario lleno de veneno para salir de la habitación.

Bufe molesta, a veces me colmaba la paciencia y si no fuera porque el tiene más fuerza que yo y mejores reflejos, le hubiera lanzado la lámpara que estaba en la mesa donde dejo Alec la bandeja con el desayuno. Definitivamente tendré que tener mucha paciencia y más con él.

Solamente TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora