4

315 18 7
                                    

Renessme

Ha pasado una semana y todo sigue normal además de tranquilo hasta con Alec hemos progresado un poco, a veces es caballeroso como unos días no lo es y terminamos discutiendo.

Desde hace tres días he recibido cartas junto con el desayuno, no sé quién es y no puedo decir que es Alec porque desde que hablo con Aro quejándose de que no soporta el olor a comida humana y realizo un berrinche, al final termino llevando la razón.

Tome la carta que estaba con el desayuno y la desdoble para encontrar con letra cursiva, muy sofisticada y todo decía:

"Si pudiera dejar de ocultarme y decirte lo que pasa en mi cuando te veo, cuantas veces suspiro al verte por los pasillos o el jardín, cuanto deseo que me conozcas y comencemos algo hermoso, algo que durara y que sería muy feliz si estoy contigo siempre.

Atta.: Tú admirador secreto "

Sonreí inconscientemente, la alegría reinaba en ese momento y la curiosidad de saber quién es era inaudita.

Sin previo aviso Alec entro en mi habitación, bueno prácticamente cogió esa costumbre de entrar a mi habitación si ser autorizado.

— ¿Por qué tan feliz hoy? — pregunto con una sonrisa mientras se recostaba en la pared al frente mío.

— Por nada que te incumba a ti—. Rueda los ojos

— Sabes que puedes confiar en mí.

— Bien, desde hace tres días he estado recibiendo mensajes de no sé quién y son mensajes muy hermosos y ya sabrás la felicidad que tengo hoy — conté y cerré mis ojos junto con una sonrisa, volví a abrirlos para verlo enarcar una ceja y mirarme con diversión.

— ¿Sabes quién es? — pregunto.

Negué divertida

— Bien no sabes quién es y estas hecha de felicidad y suspiros para el tipo.

Una idea vino a mí y sonreí de nuevo.

— Tú, me ayudaras a encontrarlo.

— Te ayudare, pero eso si no te ilusiones.

— Lo dice quien no tiene novia—. Critique.

— No porque no tenga novia quiere decir que no me ilusione, además para que necesito una novia si no la voy a querer de verdad, aunque si quieres puedo ofrecerme como tu novio— dice con voz seductora lo último.

— No, no se me ofrece nada contigo.

— Pero con tu admirador ¿sí? — pregunta.

Lo pienso antes de decirle la respuesta.

— No.

— Si tampoco quieres nada con tu admirador entonces ¿qué pasara cuando lo encuentres? — pregunta con seriedad.

—Primero hablare con él y lo conoceré mejor, porque así con cartas no lograre dar con la persona que pienso pueda ser.

— ¿Qué piensas de cómo es tu admirador?

— Que es un chico romántico, caballeroso, amable, que me pueda brindar felicidad, amor, mimarme y quererme como soy, pero lo más importante que a pesar de los fallos que tengamos podamos superar cada obstáculo.

La seriedad en Alec seguía, pero no pensé que se iría de mi habitación. No había dicho nada malo o ¿sí?

Solamente TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora