He de confesar que lo esperaba todo menos a él.
Laurent Brigan. Él hombre de mi vida según mi destino. Él hombre al que hacia dos años que no veía. No me costó reconocerlo, pese a que ya no era para nada él joven al que yo había conocido.Pese a todo, tenía la absoluta convicción de que lo reconocería en cualquier lugar y en cualquier situación.
Había cambiado. Mucho. No era tanto su aspecto físico como ese aire de... seguridad, de confianza en sí mismo que parecía envolverlo. Parecía más duro, nada impresionable. Más sereno, como sí algo lo hubiera hecho madurar más allá de los 25 años que tenía.
Seguía llevando él cabello negro azabache largo hasta casi los hombros, con aquellos tres mechones dorados surcando su negrura, tres rayos de sol en una noche sin luna.
Pero su rostro... aquella larga cicatriz que le cruzaba la cara de lado a lado, aquel débil surco de plata que partía en dos su ceja izquierda y le esquivaba el ojo de puro milagro, aquel tajo que dolía con sólo mirarlo... aquello no estaba allí la última vez que nos vimos.
Tuve que contenerme para no alargar la mano y recorrerlo con una caricia para calmar el tormento que sabía que tuvo que sufrir. Simplemente nos miramos a los ojos hasta que él murmuró:
- Sara
Su voz sí que era la que yo recordaba. Suave y ligeramente ronca, acarició mis oídos como si me diera la bienvenida.
- Hola, Laurent - respondí con un suspiro
Era consciente de que todos los demás nos miraban, pero no podía apartar mis ojos de los suyos. Cuando por fin lo conseguí, mantuve la vista baja mientras los ddemás se saludaban.
Aquella iba a ser una cacería muy larga.
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Luna de medianoche
FantasyEn el extraño mundo de los Cazadores, un fuerte vínculo une a dos personas destinadas a estar juntas. Sin embargo, Laurent y Sara creen poder resistirse a su destino.