Probablemente os estaréis preguntando donde encajo yo en todo esto. Mi nombre es Sara, y soy una Cazadora. He pasado los diecinueve años de mi vida oyendo hablar de monstruos y magia, de portales interdimensionales y objetos místicos. Al contrario que la mayoría de niños, los cuentos no eran distracciones, sino información... más o menos rigurosa.
Cuando cumplí dieciséis años, se produjo mi iniciación y comencé a salir con los adultos en las expediciones. Y muy poco tiempo después participé en mi primera cacería.
Lo recuerdo como sí fuera ayer. Yo estaba excitada, pero también anormalmente tranquila. Era mi destino, el objetivo por el que lucharía toda mi vida. Avanzábamos con cautela, con las armas preparadas y los cinco sentidos en alerta... y lo encontramos.
Era un unicornio precioso. Esbelto y grácil, más pequeño que un caballo normal pero mucho más imponente. Su pelaje, de un brillo iridiscente, mezclaba tonalidades rosadas y de un tenue gris perla. Y su cuerno... medía
al menos un metro y medio, de aspecto enormemente bello... y letal.
Se llevó por delante a uno de los participantes en la cacería antes de que lográramos reducirlo y conducirlo al otro lado de la puerta. Yo siempre recordaría aquella maravillosa criatura como una de las que más han removido mi espíritu.
La otra es Laurent Brigan.
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Luna de medianoche
FantasyEn el extraño mundo de los Cazadores, un fuerte vínculo une a dos personas destinadas a estar juntas. Sin embargo, Laurent y Sara creen poder resistirse a su destino.