1- Sin ti.

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La Reina María se encontraba recostada en su diván, visualizando la ventana que tenía frente a ella, sus pies estaban cansados y había pedido un poco de tiempo antes de volver a sus actividades.

Sumida en sus pensamientos pronunció unas cuantas palabras.

—Francisco, han pasado ya cinco años desde tu partida, ¿Por qué me abandonaste? ¿Acaso fue suficiente para ti los dos años que compartimos juntos?, he de decir que en ese momento pensé que no sobreviviría, me haces tanta falta Francisco, mi querido Rey, ¿Estarás feliz donde quiera que te encuentres?.

Las lagrimas amenazaban con salir, realmente era de esperarse, ese día era el más gris de todos, el aniversario luctuoso del Rey era el día más difícil del año para la Reina María, lo había visto partir frente a sus ojos aquella trágica mañana; recordaba perfectamente como él le había pedido que le contara como hubiera sido su vida si las cosas se tornaran de otra manera, María imaginaba a sus hijos, Anne y James jugando con su padre, abrazándolo y dándole cariño, eso era lo único que quería y añoraba, pero al final él se había marchado.

Un sonido la sacó de sus pensamientos; era el toque fuerte de la puerta de madera que le indicaba su búsqueda.

—¿Quién?.

—Mi señora—dijo un paje a la puerta—dos jóvenes la buscan, y están impacientes por hablar con usted—dijo mientras luchaba con todas sus fuerzas por mantener lo más cerrada la puerta.

—Claro, ya sé de quien hablas, déjalos pasar—dijo ella con una clara sonrisa.

El paje aceptó y abrió la puerta para dejar pasar a dos pequeños que estaban corriendo.

—¡Mamá!, ¡Mamá!—dijeron los dos al mismo tiempo.

La Reina solo los miraba y sonreía.

—¿Qué sucede mis amores?— dijo ella mientras los levantaba y ponía sobre su regazo.

—¡Mamá, James me estaba jalando mi cabello y me dice que tengo pelo de cebolla!— dijo la pequeña mientras se tomaba su coleta.

—¡No es cierto mamá!—dijo el niño mientras abrazaba con fuerza a su madre.

—Niños, cuantas veces les tengo que decir que no peleen, están a punto de cumplir cinco años, y ¿no se pueden llevar bien?.

—Pero mamá, todavía falta mucho—dijeron ambos.

—Bueno, pero ya son prácticamente unos niños grandes, James, tienes que proteger a tu hermana, eres el mayor y es tu deber como príncipe, Anne, tu hermano solo juega contigo, no tomes las cosas tan enserio, ¿Si mi amor?.

La pequeña la miró a los ojos.

—¡Si mami!—y le extendió la sonrisa más encantadora de todas.

Anne era la viva imagen de Francisco, con cabello Rubio y rizado, sus bucles hacían que pareciera una muñeca de porcelana, era blanca como la nieve y sus ojos azules eran como dos bellos zafiros que brillaban intensamente, por otro lado, James era María pero en hombre, sus ojos mielosos hacían que su cabello castaño resaltara, era blanco pero no tanto como su hermana, tenia el mismo carácter que su madre, no dejaba que nadie se aprovechara ni de él ni de su pequeña hermana.

Eran gemelos, nacieron ocho meses después de la muerte de Francisco, María se había dado cuenta de que estaba embarazada dos semanas después, cuando un mareo le vino de repente.

Se había cuidado lo más posible, ya que había perdido a su primer hijo por culpa de las preocupaciones, sabía que después de eso habría de tener muchos problemas para engendrar una vida; pero gracias a Dios todo salió perfecto, llevaba casi cinco años de Paz con toda Europa, ella era la reina de Escocia, Francia e Inglaterra, después de que se descubriera que Isabel y Catalina habían planeado asesinarla, la iglesia tomo represalias y asesinó a ambas por conspiración y herejía.

Tener a sus dos grandes tesoros le había costado mucho trabajo, muchas personas de la corte francesa le dijeron que dejara el trono, pero ella con decisión dijo que no, ya que Carlos, el hermano menor de Francisco apenas era un niño, y sabia que sería demasiado pesado para él dirigir una nación.

Ahora que dominaba la mayor parte de Europa, todo estaba en perfecta armonía, tal y como él hubiera querido.

—Vamos a comer, ¿Les parece?.

Ambos niños salieron corriendo y ella detrás, últimamente se sentía exhausta, muchos ajetreos y viajes, su madre estaba enferma y tenia que irla a ver muy seguido.

Nostradamus estaba de regreso y se encargaba de darle medicamentos a la reina, era su médico personal.

—Mi reina—dijeron todos los sirvientes—la comida esta servida.

—Gracias, pueden retirarse.

Todos asintieron y se retiraron.

—Mamá— dijo James mientras observaba a María.

—¿Dime mi cielo?.

—¿Papá va a regresar?.

Las palabras del niño sorprendieron a María.

—Claro, tal vez vuelva pronto— dijo ella fingiendo una sonrisa.

—Mamá, ¿Como es papá?— dijo Anne mientras comía su sopa.

—Anne, te he dicho que es de mala educación hablar con la boca llena—María limpió su boca con la servilleta— Tu padre, bueno, realmente nunca les he dicho bien como es, pero la verdad es que tú eres idéntica a él.

Anne sonrió. 

—Pero Mamá, yo soy una princesa.

María le alboroto sus rizos.

—Tienes el mismo cabello que tu padre, sus ojos son del mismo color que los tuyos, igual que tu piel, realmente él volvió a nacer en ti.

Las palabras abrumaron a María.

—¿Y mi hermano Juan? ¿Por qué no se parece tanto a él?— dijo James.

María tragó fuerte.

—Por qué, él se parece más a su mamá.

—¿Tú no eres su mamá, mamá?

—No, yo no soy su mamá, pero tu papá si es su papá.

—¿Y por eso es mi hermano?— dijo Anne curiosa.

—Si, él es su hermano mayor y lo tienen que respetar y cuidar mucho, aunque él no podrá ser Rey, debes conservarlo aquí James, cuando tú lo seas, tu padre hubiera querido eso.

—Mamá, no hables asi, mi papá regresará y yo no seré Rey, no quiero—dijo James mientras se cruzaba de brazos.

—Claro amor, regresará.

María sabia que era difícil decirle a sus hijos que su padre no volvería, que él había muerto un poco antes de que ellos nacieran, pero el ver a ambos tan entusiasmados la hacia perder el valor para decirles, no quería romper su corazón, tal vez más adelante podría.

Cuando terminó el día, María prendió una vela en su aposento, el día siguiente sería el luto nacional, y los niños no podían salir de su cuarto hasta que la ceremonia terminara.

Se recostó.

—Francisco, realmente te necesito, te extraño, regresa...

Y se quedó profundamente dormida.


Abrazame. [MaríaXFrancisco Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora