Capítulo 4

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Michelle

-Puedo enseñarte como es Manhattan, si aceptas venir conmigo, bueno. -hizo  un pequeño puchero y juro que no pude resistirme.
-Está bien, dije aun con la vos entrecortada.
Salimos de la habitación para la plata baja, de no fuera por Martin hubiera acabado en cualquier habitación, estaba tan perdida pero tan perdida porque tenia que habituar por un tiempo, no creo que hubieras venido a pasar un fin de semana. También estaba confundida porque  no reconocía a mi primo seguía siendo cariñoso, pero ahora es un hombre y desprendía sexualidad por cada unos de sus poros de su piel.
-¡Martin!! Necesito que compres algo para la cena, para los pequeños y ustedes, los grandes iremos  a un restaurante. Dijo la tía mari.
-Claro mamá, Martin la abrazo y le dio un beso en la mejilla.

-¿Nos vamos?- Dijo el
-¡claro! Sonreí y le di un beso a mi tía mari.

Salimos de la casa y fuimos al garaje.

-Lo siento, dijo cabizbajo.
-¿Qué sientes?-De repente me asuste sabía que Martin era un chico muy frágil, aunque siempre aparentaba ser el más macho del lugar.
-Siento que hayas tenido que venir, siento muchas cosas. Me acerque a él y escondí mi cabeza en su pecho.
-Hay mucho tiempo para solucionar esto… - Sonreí, anímate.
Dicho eso, bajamos las esclareas que había en la parte de atrás. Las escaleras nos dirigían al sótano.
  -¿Martin? ¿Dónde estás?, no veo nada trate de buscarlo pero no encontré nada.
-De repente note un susurro por mi cuello y todo el vello se me erizo.
-Estoy aquí enana. –Busco mi mano y la entrelazo con la suya. –Mira…
De repente se encendieron las luces y a mi vista estaban cinco hermosos y carísimos carros. Bentley, Ferrari, Bugatti, Lamborghini, BMW.
-¿Y es...estos…?trague saliva.
-Son míos, Ferrari y BMW son míos, el otro es de mi madre. –Al ver mi cara de sorprendida me regalo una sonrisa pícara.
  Me quede sin habla más por su sonrisa, que por los carros.
-Tu sabes el imán de chicas que es esto? –Se mordió el labio. –Lástima que no deje subir a ninguna.
Reí mientras me ruborizaba. ¿Me dejarías subir algún dia? ¿Y cómo las transportas cuando te las quieres agarrar?
-Eso no es problema, para eso tengo una preciosa moto. Ya te dije que esa moto atrae 5 veces más que cualquier carro. –Se quedó viendo a la nada. Seguro que me puedo follar a cualquiera teniendo esa moto.  
Rio otra vez pícaramente.
Maldito cabrón, me estas poniendo nerviosa, lo sabes ¿no? Porque espero que tu sexto sentido de conquistador sea de captar eso.
-¡Martin!! –Le di un puño en el hombro mientras me ruborizaba.
-No me digas que no, hasta a ti te pone imaginártelo. – Abrí los ojos como platos y él se rio. Vamos a ver, vamos a ver. ¿Imaginarnos a nosotros follando en la moto o imaginara a Martin follando a otra en la moto? Me puse roja de pensarlo.
A mí no me digas esas cosas porque soy de mente corta y proceso lento.

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