CAPITULO 3

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La verdad es que era una casa preciosa para admirar. La entrada era un portón electrónica, con un camino enorme y preciosos jardines que nos llevaba directo a una enorme casa blanca, ¿Cómo será por dentro?

-¡Mari!-Si mi encantadora madre se llama Maricela.

-Gina, hermana, y se dieron un fuerte abrazo.

-¡Martin, Alejandra! Bajen.-De repente me emocione. Martin es mi primo menor por días, tenía 15 igual que yo.

La verdad estaba orgullosa de que fuera mi primo, así es un hermano para mí. Y mi pequeña Alejandra, era la más joven de la familia, es una niña dulce, con unos grandes ojos color miel y es muy cariñosa. ¿Cómo no podía quererla?

-michelle...! ¡Esta hermosa! Ya estas hecha toda una señorita,-Me sonroje.-Y el pequeño Ricardo ¡También está hecho un hombrecito!- Se preguntaran ¿quién es Ricardo? Ricardo es mi hermano pequeño.

-Hola tía dijimos los dos al mismo tiempo.

-Pasen, ahora bajan los chicos.

Entramos a la enorme casa. La casa tenía una sala que seria 3 veces más grande que mi habitación.

-Vengan voy a mostrarle sus habitaciones, para que estén cómodos, y nos dirigimos a unas escaleras.

Una alfombra roja cubría todos los caminos. Después de un largo pasillo llegamos a dos habitaciones.

-Las habitaciones de invitados lo están luciendo...tendrá que dormir con los primos ¿No le importan?

-No importa tía Gina, le sonreí.- Las noche a lado de Martin seria hermoso. Aun me acuerdo cuando teníamos 9 años y contábamos cosas de terror hasta quedarme dormida con él. Prometo que a pesar de tener 15 años, lo repetiré.

-Bueno este es el cuarto de Martin.-Señalo el de la derecha.-toca antes de entrar, río despacio.-ya sabes cómo son los chicos.

-Está bien le dije cuando entraban a la otra habitación.

Toque dos veces la puerta.

-Mama me estoy vistiendo ¿Qué quieres?- No puede más y solté una leve risita.

-Y entre. Vaya primito ¿te has vuelto gruñón? Sonreí al verlo.

-¿michelle?, me dedico una hermosa sonrisa que he visto, wau... ¡Cuánto te he echado de nuevo!

-Y yo a ti Martin...-Sonreí tímidamente.-Tienes que contarme todo desde ya.

Su cuarto era increíble, tenía dos camas grandes: una estaba en una esquina de lado derecho y la otra de lado izquierdo de paredes blancas, tenía un gran escritorio, y un balcón grande

Lo quede mirando ¿Cómo podía haber cambiado tanto?

Haces unos años todavía era un mocoso.

Su melena rubia caía por su frente, aunque dejaba ver sus grandes ojos verdes. Tras su camiseta se escondía un torso muy bien trabajado. Primo ¿de verdad eres tú? Lo único que conservarse era su altura, a decir verdad creo que creció unos 7 cm. Ahora mediría 1:79...

Empezó a reír tímidamente

-¿Qué pasa?- lo mire tímidamente

-Llevas media hora mirándome. ¿Bueno ya, no?

-Sonrió, Dio unas palmaditas en la cama indicando que me sentara.

-Bueno, tienes que contarme todo.-Le sonreí y juro que esa sonrisa era cuando lo veía a él.

-Bueno, pero tú eres la invitada, me sonrió dejándose ver esos hermosos dientes blancos.

-Desde hace tres años que no veo, a mi mejor amiga Pili, me traiciono por un chico, el más popular de la escuela, rompimos la relación y me quede sola durante medio curso. Conocí a dos chicos guapos...comencé a salir con uno, pero se tuvo que mudar y no lo envuelto a ver.-suspire, y eso es todo.

-Vaya, lo lamento michelle, sé que ha sido muy difícil.-No te preocupes después de la tormenta siempre llega la calma.-volvió a sonreír. Maldito estúpido donde sigas sonriendo me vas a matar.

-No te preocupes Martin, supongo que es un nuevo camino.-Suspire.

-Y... ¿paso algo con el chico?-Río por lo bajo y negué con la cabeza.- ¿Nada de beso?

-Ni uno Martin -Reí, capas que tú tienes una listota. ¿Cuántas ya van 40,50?

-No en verdad llevo...se quedó callado. -35.Ni una más, ni una menos.

-Pues ya me contaste, le di un leve puño en el hombro.

-Desde que te fuiste, las cosas cambiaron, mis padres empezaron a discutir por lo mínimo. Casi no íbamos al instituto porque no podían llevarnos, nuestra casa estaba muy lejos. He tenido que repetir año, a los 14 empezó mi vida de Oro. -Sonrió, sabes que no soy de relaciones seria, y creo que las chicas que se interesan en mí lo tienen entendido. Y si no mejor que no se me acerquen, no quiero teatro. -Suspiro mis padres están divorciándose y por eso estas aquí. ¿Lo sabes verdad?

Me quede sin palabras ¿Qué le podía decir?

-Lo siento mucho Martin. Le acaricie la mejilla.

Se le tenso la mandíbula y me aparto la mirada.

-No te preocupes michi. Es lo que hay, y hay que aceptarlo.

-Todo va a salir bien. -Suspire, mientras le levantaba el mentón, y si no siempre me tienes a mí para desahogarte.

Se me acerco lentamente a mí y casi me da algo. ¿Me va a besar? O dios... Cerré los ojos.

De repente, note un fuerte abrazo. ¿Soy idiota?, y yo pensando que me iba a besar vaya puta cabeza.

Martin.

Me levante de la cama porque me sentía un poco incomoda. Michelle, se levantó y comenzó a guardar la ropa en silencio.

Intento colocar su abrigo en la parte de arriba del armario, pero me di cuenta que no alcanzaba.

Me acerque a ella y reí por debajo. -Todavía eres una mocosa, le coloque la ropa en la parte de arriba y la bese en la frente. ¿Cómo te tengo tanto cariño enana?

Enamorada de el ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora