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Natsu:

Dos malditos meses sin Luce. Dos malditos meses sin mi prometida. Dos malditos meses sin poder sentir su piel contra la mía. Dos meses sin sentir sus labios juntarse con los míos. Dos meses sin poder percibir el aroma de vainilla de Luce. Dos meses sin poder ver sus ojos cafés. Esto es un puto infierno! Luce ya no resisto ni un minuto más sin ti. Luce regresa a casa, te quiero volver a abrazar. Luce yo...te necesito.

La puerta de mi cuarto se abre de golpe dejando ver a Gray.

–Natsu tenemos que ir a la ciudad vecina. Rápido!

–¿Qué ocurre?

–Es un monstruo el que está destruyendo un edificio. Los ciudadanos están escapando, hay caos por ese monstruo.

–Vamos.

Al llegar a la ciudad el edificio que Gray mencionó se estaba derrumbando me apresuré y al ver lo que estaba en el interior del edificio me impresionó.

–Dime donde está Tártaros!, ¿donde está tu puto gremio?

Luce, era Luce. Estaba aplastando la cara de un hombre lobo. Las patadas de Lucy eran fuertes. Hacían que el suelo se partiera. El rostro magullado del hombre sangraba. Y Lucy no se detenía. Seguía pateándolo. Su ropa manchada de sangre demostraba que ha masacrado a ese hombre. No me digas que ella fue...

–Lucy para lo vas a asesinar!

Lucy volteó la mirada y aún tenía los ojos rojos.

–No se metan donde no los llaman!

–Lucy tu no eres así!

–Jajajaja! Crees que a mi me importa que estos malditos mueran. La única razón por la que quiero encontrar Tártaros es para matarlos!

–Gray lanza la bengala!

–Enseguida.

–Lucy ¿qué te ha pasado?

–Esta es mi verdadera naturaleza.

–Lucy ¿acaso tu eres la que ha estado asesinando a todos estos monstruos todo este tiempo?

–¿Que pasa si te digo que si?

–Lucy.

–Sal de mi camino y no te haré daño.

No le hice caso y la abracé. Estaba feliz de volver a sentir de nuevo su piel. Su hermosa tez blanca.

–Volvamos a casa Lucy.

–Natsu.

Al fin...estaba recuperando a mi Lucy.

–Ven con...

Su mano atravesó un costado de mi abdomen. La miré y su rostro mostraba seriedad y furia.

–Te dije que si te alejabas de mi camino no te iba a herir. Como resultado esto. Aprende a escuchar a las personas cuando hablan.

–Luce. No me abandones.

–Ya lo hice.

Caí al suelo. La herida era muy profunda. No podía moverme porque si lo hacía más sangre iba a salir de mi abdomen.

Espero que no vuelvas a interferir.

–No, por favor, para. Lucy acuérdate los momentos juntos. Acuérdate cuando dormíamos juntos, Acuérdate cuando me abrazabas y cuando me cocinabas. No olvides esos momentos cuando me besabas.

–Adiós.

Justo a tiempo los refuerzos llegaron y rodearon a Lucy. Unos se acercaron a mi y me ayudaron. Lucy intentó usar magia pero Bisca reaccionó antes y le disparó en el brazo. Lucy fue atacada por detrás y termino inconsciente.

Desperté en la enfermería, Wendy me explicó que debo reposar y que he estado inconsciente durante 5 días. Le di las gracias y busqué a Mirajane.

–¿Donde está Lucy?

–Está encerrada en el sótano de el gremio. No puede usar magia. Tampoco puedes liberarla, su mente está nublada. No intentes ayudarla hasta que derrotemos a Tártaros, ella puede matarnos a todos.

–Llévame con ella.

–Sígueme.

La seguí y bajamos las escaleras. El polvo inundaba el sótano, seguimos caminando hasta lo más profundo de el sótano y encontré a Lucy en una de las jaulas. Estaba encadenada por los brazos, las piernas, y el cuello. No me gustaba verla así. Parecía esclava. No mostraba su rostro, solo miraba el suelo, la comida que tenía estaba entera. Su cabello perdió brillo y se notaba que ella no estaba comiendo adecuadamente.

–¿Qué le ha ocurrido?

–No lo sé. Simplemente ya no habla, ya no sonríe, tampoco quiere comer. Apenas se mueve para ir al baño.

–¿Le han obligado a comer?

–Lo hemos intentado pero ella reacciona botando la comida al suelo. Y tampoco ha vuelto a subir la cabeza. Está perdida en sus pensamientos. Esta no es la Lucy que hemos conocido.

–¿Y por lo menos toma agua?

–Tampoco, ella rechaza todo lo que le damos. Incluso Levy intentó hablar con ella. Pero también la ignoró, y yo también he querido socializar pero ella no responde. No sabemos si ella a estado durmiendo, no deja ver su rostro para nada. Natsu por favor ayúdala. Tal vez tu puedas hablar con ella.

–Déjanos a solas por favor.

–De acuerdo, suerte Natsu.

Abrí la puerta de la jaula y me entré. Me agaché y esperé a que alzara su rostro. Al paso del tiempo Lucy no hizo nada.

–Luce ¿por qué has hecho esto?

–Libérame.

–Vas a asesinar a más monstruos que estén relacionados con Tártaro. ¿Verdad?

–Déjame ir.

–Lucy puedes contar conmigo. Soy tu prometido! Dijiste que me amarías siempre, ¿acaso era mentira?

–Me arrebataste la libertad, me arrebataste la oportunidad de poder vengar a mis padres, yo quiero vengar a mi ciudad, a todos las personas que murieron por ese maldito gremio, asesiné por todas las vidas que ellos tomaron, y luego vienes tú a evitar que pueda matar a los que asesinaron a mi familia. A mi hermana, a mi perro. A mis amigos.

Lucy comenzó a sollozar, las lágrimas se caían a el suelo frío de la jaula, con solo ver su sufrimiento hacía que me rompa el corazón. Me acerqué a ella e intenté abrazarla pero ella de un rápido movimiento se alejó de mi.

–No me toques. No te acerques.

Lucy alzó la mirada mostrando sus ojeras, como sus ojos estaban rojos por el llanto y también sus pupilas rojas por el enojo. Apretó los dientes, suspiró y gritó:

–Te odio Natsu Dragneel!

–Luce...las personas podemos ser fuertes pero siempre habrá un peso que no podemos cargar. Luce estoy contigo, siempre me tendrás a tu lado si lo deseas e incluso te querré si tu no me quieres. Luce lo gritaré a los cuatro vientos que te amo. Solo por demostrarte que siempre estaré apoyándote.

–Fuera de aquí. Tu solo estas evitando de que los miembros de Tártaros mueran, si en verdad me amas me dejarías matarlos.

–No hay necesidad de derramar sangre.

–Natsu lo que me estas demostrando ahora es que estas apoyando a Tártaros, entonces no me quedará más opción que matarte a ti también para poder cumplir mi misión.

Don't Catch Me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora