Como Administrar un Infierno

Fin del Primer Dia

 -La música...se detuvo...¡AMADEUS WOLFGANG MOZART! NIÑO BASTARDO- del lado izquierdo del escritorio, antes de la puerta de salida, había un piano acompañado de una orquesta de huesos, que ambientaba el lugar. Nadie mas ni menos que Morsa para mi propio deleite.
-Disculpe alteza, se me cansaron las manos- dijo Morsa con su risita asquerosa
-VAMOS MORSA, DAME ALGO, NO TE PAGO POR ESTO- contesté severo
-Señor, es Mozart- dijo con un dedo en alto- y no me pagan por estar aquí- lo observe enfurecido mientras que un circulo de fuego rodeo su piano, y a el.
-disculpe Amadeus, ¿HA DICHO ALGO?- conteste enfurecido
-No señor...- contesta temeroso
-Bien, póngale play- dije sereno
-Si señor- En ese momento se puso a tocar

Me perdí entre las corcheas y semicorcheas durante un par de minutos, hasta que Adolfo me interrumpió.
-Señor Satanas, ¿que planea hacer con Donald Trump?
-Oh, Trump, es un placer conocerlo- Venia acompañado de La Parca, gran amigo mio de todos los tiempos.
-¡San La Muerte! ¿que tal te va?-dije entusiasmado
-Bien San-tanás- dice apuntándome con una sonrisa y ambos estallamos de risa
-¿ya le ha llegado la hora a este hijo de perra?-digo aun riendo
-si señor-dice mientras le pica la espalda con la punta de su enorme Hoz-por el día de los muertos y mis hermanos mexicanos- dijo con una sonrisa perversa
-ooooooh-le grite a Trump levantando un brazo, Hitler tambien lo dijo, pero haciendo su saludo fascista. Por ultimo los esqueletos de la orquesta también, mientras seguían tocando. De entre esa multitud se oían gritos como:
-Jaaaa, te moriste
-¡PINCHE GRINGO!
-¡CULERO!
-¡PINCHE GRINGO!

Luego todos los integrantes de la sala, menos Trump, nos unimos en coro para gritarle "PINCHE GRINGO" en la cara mientras reíamos.

Cuando todo se calmo, dije-Este se va para las ciudades, merece bullyng- y todos gritaron en señal de acceder.
Después de un largo y aburrido día de trabajo, y eso que era el primer día, volví a mi casa (la puerta detrás de mi escritorio).

Al abrir la puerta me encontré a Caroline, mi gata que solo yo y seres incendiados podemos tocar, ya que es de fuego. Se pasea entre mis pies maullando. Seguro quiere comida. Me acerco a la mesada de la cocina, y veo que sus platos, efectivamente, están  vacíos.
Apunte mi dedo en el plato de comida, y aparecieron pedacitos de carne de orca recién asada por chinos, y para tomar le sirvo un Whiskey Jack Daniel's. De inmediato sube a la mesada y empieza a cenar.

Me acerco al espejo, me observo. No puedo parar de decirlo, soy hermoso. Chasqueo ambos dedos y mi ropa se deshace en llamas, dejándome desnudo frente al espejo. 

No hay nada mas bello que yo mismo, voy a pedirle a algún pintor que me ilustre en un bastidor. Me acosté en mi cama, puse una sexy pose y chasqueo un dedo. Dos esqueletos apurados entran por la puerta, uno sostiene 8 bastidores apilados, y el otro viste un abrigo largo con peluca negra y lleva una bolsa llena de pintura y pinceles.

Ambos esqueletos hablan entre ellos
-¿que no has traído el pie para el bastidor?-dice enfurecido
-no-contesta el otro tímidamente mientras dejaba los bastidores paciente en el suelo.

El pintor toma un bastidor y lo golpea al costado de su cabeza, quitándole el cráneo junto a la columna vertebral, que caen al suelo.
-¿QUE HACE?- gritaba el cráneo en el suelo.
Mientras me reía, podía ver como el resto del cuerpo buscaba su cabeza. A lo que el otro responde- lo que debiste haber traído- derriba de una patada al resto del esqueleto, mientras su cráneo gritaba.
Comenzó a quitarle partes, y con ellas, después de un rato, construyó un pie para bastidor.

-Estoy muy abajo, ¿puedes ayudarme?- decía el cráneo solitario
-seguro- contesto el otro amablemente. Con los huesos sobrantes del esqueleto, hizo una torre, y en la punta, el cráneo. 
-¿Como caminare?-pregunta la torre de huesos curiosamente, a mi también me daba curiosidad saber como iba a caminar.
-no caminaras, ahora eres un clava bastidores, todo lo que no me guste, lo partirás al medio-Entonces toma el bastidor con el que lo había golpeado, y lo clava desde arriba, y lo mueve hasta los pies de la torre-por ejemplo, así.

La torre de huesos estaba aterrada, pero no dijo mas nada, a ver si terminaba siendo juguete del Cervero.  

El pintor me retrato 7 veces, pero las primeras 6 le dije que no me gustaban, a propósito, así los empalaba en la torre, que gritaba cada vez que pasaba. Pero realmente este hombre tenia buena mano para la pintura.

El ultimo cuadro, lo colgué en la pared de mi cama. Antes de que el pintor se valla, le agradecí su trabajo. Entonces se marcho por la puerta sosteniendo la bolsa por un lado y la torre de huesos con el otro. 

Ahora si podía dormir en paz, la gata estaba alimentaba, me sentía hermoso, ahora había algo mas que retrataba mi belleza, pero me faltaban las rameras de esta noche. Hoy se me antojan...dos asiáticas...see.