Capítulo 1 - Odio mi familia

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Dylan es un chico normal de preparatoria sin muchas preocupaciones en cuanto a su futuro, habiendo perdido a su padre a una corta edad y sin poder sentir algún tipo de afecto verdadero por parte de su madre desarrollo una personalidad seria y tranquila.

Aquel hombre que lo había aceptado como su hijo fue alguien adinerado, un hombre que lo lleno de amor y afecto, pero que con su muerte se desvanecieron. Su madre, una mujer cuya vida giraba en torno al dinero abusando de su joven apariencia continúo trabajando como prostituta satisfaciendo su propia lujuria. Para Dylan quedo en evidencia que quien era su madre lo veía como a un simple objeto del cual en algún momento podría obtener dinero; amor, cariño y comprensión eran las cosas que más extrañaba de su padre, esas atenciones faltantes pronto lo hicieron dejar de preocuparse por otros para solo centrarse en sí mismo.

Transcurrieron algunos años desde la muerte de su padre, Dylan se vio forzado a dejar la casa que conservaba las memorias del hombre a quien por muchos años llamó padre, para trasladarse a una casa en donde empezaría una vida junto al nuevo "marido" de su madre quien ni lenta ni perezosa se casó guiada nuevamente por una añorada vida lujosa y podrida en lujuria.

Conocer a quienes serían su nueva familia resultó algo poco menos que agradable para Dylan, sin haber podido ni permito expresar su opinión sobre la mudanza su madre únicamente le dejo la opción de comportarse cortés y educadamente con Dan y su hijo Joshua quienes bastaba con verlos para darse cuenta de que ambos claramente congeniaban a la perfección con su madre.

—Dylan, déjame presentarte a Dan —dijo su madre mientras se daba pequeños besos con quien ahora habría de ser el padrastro de Dylan.

—Encantado de conocerte —expreso Dan que habiendo escuchado mil maravillas de Dylan por Valeri no encontró problema alguno en aceptarlo como su hijo, en su mente tenía la idea que tener por hijo a alguien tan educado y casi perfecto le brindaría mucha más distinción entre su círculo íntimo con quienes pasaban sus tardes haciendo alarde de sus hijos—. Dylan, déjame presentarte, este es mi hijo Joshua, es de la misma edad que tú, espero no te moleste que asista al mismo colegio que tu —agregó con un tono donde podía escucharse forzadamente cierto intento por sonar amable.

Dylan mirando a quienes eran su nueva familia sentía un gran desagrado pues aun si no lo expresaban, podía apreciarse cuáles eran sus únicos intereses—. Mucho gusto —conteniendo sus verdaderos sentimientos, Dylan encontró serenidad suficiente para intercambiar palabras con quien sería su nuevo hermanastro, así como fuerzas para estrecharle la mano que este le había extendido mientras contenía sus ganas por vomitar.

—Espero llevarnos bien —dijo Joshua con un tono poco menos que afectivo.

Dylan deseando poder encontrar paz pensó en recorrer su nuevo hogar, pero contemplando el aparente ser de su padrastro considero oportuno poder sacar provecho a la situación para hacerse con un espacio lo suficientemente grande para permitirse convertirlo en su sitio de descanso—. ¿Sr. Dan, sería posible que mi cuarto fuera el más grande?

Ante la pregunta Joshua no pudo evitar mirar con desagrado a Dylan—. Oye, la habitación más grande va a ser para mí —alegó molesto.

Dan permaneció en silencio algunos instantes, pese a que Joshua era su hijo, Dylan parecía ser un chico más sobresaliente, además se trataba del hijo de su "querida" esposa y quería consentirlo—. Claro, entra y escoge la habitación que quieras.

Ignorando por completo la mirada asesina de Joshua, Dylan ingresó a la casa pareciéndole increíble el tamaño que tenía, todos los espacios eran enormes y relucían de limpio, no queriéndose entretener demasiado subió al segundo piso viendo al final del pasillo una puerta abierta.

¿Hermanastros? O ¿Algo más? (Yaoi Hard)[FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora