Te quiero como nunca...y para siempre...- Terminé de leer.
-N-no...- Pronuncié
-¡No puede ser verdad!- Dije gritandoCorrí por toda la casa hasta la entrada, no sin antes coger una mochila con mi movil, algo de dinero y un abrigo.
Cuando salí de casa me quedé parada en la entrada un momento para en segundos seguir corriendo.
Corrí por todo el camino, atravesando las calles y dándome cuenta de que hacía mucho que no pasaba por allí. Todo había cambiado.
Llegué a la estación, ya no había rastro ni de Krystal ni de Rosa...
Pensé en llamar a mi madre, me iría a la nueva dirección de Krystal para ver si estaba allí, y claramente, mi madre no estaría nada de acuerdo, así que no la llamé.
Aún así me fui, Krystal me importaba mucho y no iba a dejar que le pasara nada pudiendo evitarlo.
Compré un billete de ida y me informaron que pasaría una hora en el tren.
20 minutos transcurridos, ahí fue cuando me di cuenta de que no tenía dinero para comprarme el billete de vuelta, ya que solo me quedaban unas monedas.
-¡Mierda!- Exclamé
El resto de pasajeros me miraron como si estuviera loca, así que me escondí en el asiento con las mejillas como tomates.
¿Qué haría ahora? Supongo que seguir buscando a mi amiga.