Capítulo único.

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Desde muy corta edad, Kim Taehyung había desarrollado una gran obsesión y amor por la fotografía. 

A los 9 se le podía ver jugando a ser fotógrafo de paisajes, usando una pequeña cámara de juguete que obviamente no tomaba fotografías, pero en su imaginación eran grandes puestas de sol y noches estrelladas. 

A los 16, sus padres le obsequiaron su primera cámara profesional, una Canon EOS 500D Rebel T1i, había pasado meses pidiéndola como regalo de cumpleaños y cuando rompió la envoltura de su regalo y se encontró con una caja donde por fuera se podía ver una imagen de la cámara, se largó a llorar de felicidad, comenzando a hipar por el revoltijo de sentimientos. 

Pero con 25 años y una infinidad de paisajes, personas, eventos y objetos que fotografiar, su cámara sólo se usaba con un propósito: fotografiar a Jeon Jungkook.

Todo comenzó un día de otoño, las copas de los árboles teñidas de tonos anaranjados y los días nublados lo demostraban. Ese día Taehyung había decidido pasar la tarde con Hoseok, su mejor amigo y Jungkook, el hermanastro menor de este. Era todo risas y diversión hasta que una inocente y tímida propuesta fue ejecutada por parte del menor de los tres. 

  — ¿Por qué no nos tomamos fotos con la cámara de TaeTae? — Pronunció con una débil sonrisa adornando su cara. Los dos mayores se miraron entre ellos y con una sonrisa se dieron a entender que era una excelente idea, claro que Taehyung no tenía ni la menor idea de lo que esa propuesta y ese día nublado comenzarían a significar para él. 

Con cámara en mano se colocó frente a Jungkook y ajustó el enfoque antes de tomar la foto. A simple vista parecía una fotografía como cualquier otra, pero para Taehyung había significado mucho más. 

La inocente pero amplia sonrisa, la mano en la zona del mentón dándole un aspecto más adorable, su corazón comenzó a latir a un ritmo errático, ¿desde cuando Jungkook era tan lindo? Sintió ganas de encerrarlo en una caja de cristal, donde todos podrían verlo pero nadie tocarlo, excepto él, porque el tendría la llave de esa caja. 

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El tiempo pasaba rápido para Taehyung, desde esa fotografía todo su mundo había cambiado, el cielo se había pintado de un azul más claro y las brisas eran más frescas y relajantes, la llegada del verano no era menor después de todo. 

Llegaba a su departamento después de estar todo el día en la universidad y sonrió al notar la foto de Jungkook en la mesita de centro, en un porta retratos que él mismo había comprado, la primera fotografía de muchas, porque sentía la vitalidad y la alegría recorrer sus venas cada que veía o recordaba a un sonriente Jungkook. 

Caminó hacia su cuarto y dejó su mochila en la cama, sentándose y tomándose un par de minutos para admirar todo a su alrededor. 

En las paredes se hallaban pegadas distintas fotografías de Jungkook, Jungkook sonriendo, Jungkook comiendo, Jungkook leyendo, Jungkook, Jungkook... 

el coleccionista de fotos ✧ vkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora