A mi parecer era un lugar lindo y natural, había mucha vegetación de todo tipo, había también muchos animales, y por supuesto, había lodo.
Me baje de la camioneta y camine hacia el pórtico de la escuela, no era muy alto, unos 2 metros de alto aproximadamente, era color crema, pero antes de llegar a él había unas escaleras, que a mi parecer eran bastante largas, pues dabas dos pasos en ellas para bajar/subir a la otra, y era agotador he incómodo, pues la falda de la escuela era bastante apretada, tanto que para dar un paso de te marcaba TODO.
Ya estando en el pórtico me di cuenta que había hileras de niños y niñas en las escaleras, y yo ya había entrado, lo que significaba que había echo mal. Para mi suerte mi mamá se encontraba detrás de mí, me estaba dando todo el apoyo que podía, pues supongo que al igual que yo estaba nerviosa, porque ella sabía que esto era demasiado difícil para mí.
Más adelante de nosotras se encontraba la directora de la escuela, antes de entrar a las clases debíamos hablar con ella, pues no sabía en qué salón me tocaría ya que no me habían ido a inscribir antes, ese día me iba a inscribir, si llevaba el uniforme puesto y me había informado de los horarios fue por contactos de mi mamá.
Nos acercamos a ella, se veía muy amable y comprensiva, mi madre fue la que habló.
-Hola, muy buenos días-
-Muy buenos días señora, ¿le puedo ayudar en algo?- en realidad sí era muy amable.
-Mi hija se va a integrar a esta escuela, traemos una petición de su superiora para que puedan aceptarla, ella me dijo que ya le había puesto al pendiente respecto a que me hija se iba a integrar-
-Sí, la maestra ya me había dicho.- Me volteo a ver y me dijo -Hija, un favor, en lo que te asignamos un grupo podrías irte a formar en ese grupo- asentí y me fui a donde me indicó. Mientras me dirigía al lugar me temblaban las piernas, y tenía más miedo que al principio, al acercarme más intente ver quiénes serían mis posibles nuevos compañeros. Sinceramente en ese momento no podía pensar en si había alguien guapo o no, por lo tanto no me podía concentrar como eran, a todos los veía iguales y diferentes a la vez.
Cuando por fin llegué me di cuenta que estaban formados por estaturas, pero no me atreví a decirles que si me daban permiso de formarme en el lugar indicado, así que me fui hasta la parte de atrás. No sabía en qué pensar o que hacer, mi mente estaba en blanco.
Intenté buscar a mi mamá entre la gente que estaba en el pórtico, y para mi suerte ya no estaba, se había ido, y era lógico, se le haría tarde en el trabajo y todavía tenía que ir a dejar a mi hermana a su nueva escuela, y ella era más pequeña a si que le debía de dar más apoyo.
Lo único que podía pensar era "Genial, tendré que arreglarmelas sola".
Al principio (como en toda escuela de mi país) empezó el homenaje, me di cuenta que era muy diferente a mi excolegio, desde los maestros hasta los alumnos.
A mitad de homenaje desperté de mis pensamientos y lo único que me dije fue "Pon atención e intenta ser como ellos para que no te odien" empezé a observar a uno por uno, todos muy diferentes, el único problema que tenía era que no sabía sus nombres, por lo tanto no sabía cómo identificarlos, empezé con las mujeres, inmediatamente identifiqué a cada uno de ellos. Me di cuenta de los grupitos que había y como me veían.
Después de las mujeres vi a los hombres, sinceramente me daban todos igual, pues estaban muy altos y me daban la espalda, por lo tanto no podía verlos.
Cuando finalizó el homenaje empezaron a dar la palabras de bienvenida.
(Sólo podía escuchar esto)
-Blah, blah, blah...
Finalmente indicaron que pasaramos al salón y no sabía que hacer, el momento que menos quería que llegara estaba apunto de suceder.
Como niña buena me dirigí a la dirección, pregunté por la directora, ella al instante de verme recordó que tenía un pendiente conmigo (lo vi en su cara), se paró de su silla y caminó hacia a mi.
-Ahorita te busco un grupo, al parecer hay dos vacíos- Me sonrió.
-Sí, muchísimas gracias. La escuela es muy bonita- Intentaba sonar amable, ya le debía bastante.
-La prefecta te llevará, sólo sigue sus indicaciones.- asentí y fui a su encuentro.
No podía creer que esa persona fuera la prefecta, era muy, pero muy chaparrita, usaba unos tacones de 10 y no me alcanzaba, caminaba muy chistoso. Durante en camión no cruzamos ninguna palabra, hasta casi llegar fue cuando escuché una voz un poco chillona y demandante decirme.
-Si traes así las uñas para mañana no podrás entrar, no vas a hacer lo quieras aquí, también tenemos reglas - sonaba tan amargada, se veía que odiaba su trabajo.
Sólo asentí, no me iba a poner a discutir con un prefecto el primer día de haber ingresado a esa escuela. Además tenía razón, no iba a llegar a un lugar nuevo y hacer lo que yo quisiera, y olvidé despintarme las uñas. Llegamos al que sería mi futuro salón y antes de que ella entrara me dijo.
- ¿Cómo te llamas y de donde vienes?- enserio ya empezaba a fastidiarme.
Más porque no quería decir el lugar de donde venía, pensaría que soy presumida o cosas así, cuando en realidad no.
-Valeria- dije cortante.
-¿Valeria qué?
-Ortiz- sólo contestaba por educación.
-¿De dónde vienes?-
-...
-Hija no tengo todo el día para que me contestes una simple pregunta-
-No creo que le importe de que lugar vengo-
-No me contestes que no somos iguales- dijo demandante
-No me esta diciendo que le conteste de donde vengo- dije burlonamente, ya me había echo enojar.

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11:11
RandomValeria, tiene 14 años, toda su vida se la a pasado en un Colegio, pero por problemas familiares la cambiaran, su familia le esconde cosas sobre su origen, y más que eso. Ella no se imagina de la serie de cosas que se enterará. ¿Cómo lo tomará?. En...