Se los voy a contar, no es la típica historia en donde llega una chica súper linda y bonita a una escuela y todos se enamoran de ella, y ella decide de entre todos ellos. Esto es más profundo; me desperté, y como habitualmente lo hacía, me preparé para bañarme, pues hoy empezarían las clases. Tome mi toalla y me dirigí al baño, puse música (como de costumbre) y me adentre en el baño. Me complace decir que este baño no era ordinario, pues, me cambiaría de escuela.
Empezaron las preguntas en mi cabeza, "¿les caeré bien?" "¿alguien me odiará?" y muchas otras pasaron por mi pensamiento, estaba aterrada, sí, Valeria Ortiz Moreno estaba aterrada de iniciar una nueva vida en una nueva escuela con gente nueva.
El simple hecho de pensar que ya no vería a mis amigos, que con ellos pasé la mayor parte de mi vida me dolía, pues con algunos de ellos había cruzado el kinder, la primaria y primer y segundo grado de secundaria.
Por problemas familiares, económicos y sociales tuvieron que cambiarme de escuela, aunque esa idea no me gustara o simplemente me aterrara.
Ese baño fue muy largo, relajante y concentrado, pues quería ir presentable el primer día de clases, nueva escuela significa nueva vida, me guste o no, lo único que podía pensar positivamente era "conocerás gente nueva y ¿qué puede pasar? Es el último grado de la secundaria".
Salí del baño y me dirigí a cambiarme, digamos que las cosas iban empeorando cada vez más, el uniforme que tendría que usar no era tanto de mi agrado, era un color (para mi gusto) espantoso, era muy triste, era un verde seco, sin vida, muy oscuro. Bien, para no llevarnos mucho tiempo criticando lo que futuramente me pondré sólo diré que me arrepiento rotundamente por haber aceptado este cambio.
Después de cambiarme me di cuenta que al final de cuentas no se veía tan mal, pero seguía sin gustarme. Como de costumbre fui a la cocina a tomar mi cereal, y como también era costubre, tenía que esperar a mi hermana ya que las dos desayunábamos juntas, eran de los únicos momentos que tenía con ella. En ese momento, llegó mi madre a donde estaba.
-¿Lista para tu nueva escuela?- Era mi madre, sonaba entusiasmada.
-Uhm, ¿tengo que contestar?-. Sinceramente no tenía mucho ánimo que digamos.
-Vamos Vale, no será tan malo, conocerás nuevas cosas, nuevas personas, tendrás más experiencias, cosas que en tu otra escuela no-.
Y ahí terminó, no sabía que decir, siempre sabía cómo dañarme, ahora, después de cambiarme de escuela y hacerme pasar malos ratos se atrevía a decir o a insinuar que viviré cosas que por su culpa ya no viviré con mis amigo, no sabía cómo sentirme.
Finalmente me pare de la mesa y fui a cepillar mis dientes en lo que mi hermana estaba lista. Cada vez tenía más, más y más nervios, sabía que no sería un buen día, pero ¿qué podía hacer? Ya había comenzado y no podía terminar con él así, como así.
Después de cepillarme los dientes tomé mi mochila que ya tenía todas mis cosas (estaba pesada), y me dirigí a la camioneta. Mi camioneta no era la gran cosa, era una Cross Fox gris, antes de esta, teníamos un carro deportivo color verde, pero mi tía tuvo un accidente con su auto, así que mi mamá para ayudarle vendió ese carro y ella se compró la camioneta. Yo no estaba de acuerdo con esto, los hermanos de mi mamá, Israel y Yesenia normalmente la buscaban cuando necesitaban algo, no por afecto familiar o de hermandad.
Subí a la camioneta y me mantuve ahí, intentaba aclarar mis ideas, ¿Qué iba a hacer al llega haya? ¿En qué salón me acomodarán? ¿El primer día ya tendré gente que me moleste?, no sabía cómo responder eso. En ese momento algo llamó mi atención, a unos cuantos metros de mí, podía ver cómo flotaba una mochila color rosa pastel y blanco, era mi hermana.
Mi hermana, que puedo decir de ella, simplemente para mi es la persona más interesante en este mundo, siempre que imagino una vida si ella no estuviera aquí no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas. La veía aproximarse a mi, en eso tocó mi puerta.
-¿Traes tu suéter?- siempre con entusiasmo.
-No, lo olvidé, dile a mamá que no tengo frío- y se marchó.
Después de 6 minutos aproximadamente de esperarlas en la camioneta llegaron, mi mamá con sus dos bolsas, una de mano y en la otra cargaba las cosas de su trabajo.
Por otra parte mi hermana cargaba su mochila y no la soltaba, tenía una sonrisa increíble, se veía que en verdad le gustaba la idea de cambiar de escuela. Ya que en la escuela en donde la meterían estudiaban también sus primos.
Mi mamá como de costumbre me empezó a decir que necesitaba llevar el suéter ya que en donde quedaba mi escuela hacía frío, más porque estaba a la orilla del cerro.
-Valeria, última vez que lo voy a decir ¡VE POR TU SUÉTER!- Esta vez sonaba mas molesta que de costumbre.
-Mamá, NO lo necesito, si hace frío supongo que sólo será en la mañana, se ve que será un día soleado- conteste desafiante, pues en verdad no quería regresar por mi suéter, y tampoco quería usarlo, ya que era horrible como todo el uniforme, suponía que así estaría la escuela.
Mi madre no dijo nada más, prendió la camioneta y comenzamos el viaje.
A pesar de que pasábamos cerca del lugar nunca me había tomado el tiempo de apreciar todo lo que tenía mi pequeño pueblo.
Tenía mucha curiosidad por conocer cómo sería mi nueva escuela, pues aunque pasábamos por ahí nunca, JAMAS en mi vida había entrado.
Se suponía que ahí habían grabado una película, seguía suponiendo que sería un lugar lindo.
Si darme cuenta llegué, y como siempre pasa, no sabía que hacer. Sólo decidí no entrar en pánico.
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11:11
RandomValeria, tiene 14 años, toda su vida se la a pasado en un Colegio, pero por problemas familiares la cambiaran, su familia le esconde cosas sobre su origen, y más que eso. Ella no se imagina de la serie de cosas que se enterará. ¿Cómo lo tomará?. En...