Un gran dia

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Todo se congelo por segundos mientas Guillermo le susurraba con desesperación que se apurara para que no lo encuentren ahí mientras le tiraba prendas de ropa, pero el no reaccionaba. Samuel estaba hecho piedra.

-Debes apurarte aquí están tus pantalones-dijo Guillermo mientras le lanzaba su boxer y pantalón.

-Ya estoy... Ahora por dónde salgo?- Se quedaron mirando por unos segundos. Samuel no solo estaba en un gran problema por levar a Guillermo a su casa sino también por no estar en el instituto.

-¡En el armario rápido!- Se metieron los dos en el armario lleno de ropa y casacas enormes, después de unos cinco minutos por cercanía, el calor y los nervios comenzaron los dos a sudar, y se hizo presente un bulto e los pantalones de Samuel.

-No hagas eso.

-¿Que no haga. Qué cosa?- Samuel estaba muy confundido-No estoy haciendo nada.

-Pus algo se está desesperando en sus pantalones- Samuel bajo la vista y vio un gran bulto y enseguida se lo tapo con las dos manos

-Eso no lo puedo controlar- El mayor estaba sonrojada hasta el pelo. Los dos soltaron una risita no tan fuerte para que no se les escuchen. Pegaron sus frentes uno al otro, respirando agitados y sonrientes. Los dos se habían olvidado lo divertido que era estar juntos tanto así que parecían dos niños escondiéndose por haber hecho una travesura.

Guillermo levanto la vista y se quedo mirando sus hermosos ojos, El menor también avía olvidado cuanto le gustaba los ojos del mayor. Samuel también alzo la vista y se perdieron en la vista del otro. El ojiverde poso su mano en la cintura de Guillermo se inclinó para juntar sus labios  y cuando estaban a punto de juntarlos por completo  , un golpe en seco los interrumpió. Con cuidado se asomaron entre los espacios entre las rejillas para observar lo que pasaba. La mama de Samuel estaba desordenando toda su habitación buscando algún objeto, recogía las prendas del piso y desacomodaba la cama.

En el campo de visión de Samuel apareció la chompa de Guillermo, una muy colorida y pequeña para pasar como si fuera de Samuel. Guillermo sacudió al mayor para llamar su atención y decirle con señas lo que había sorprendido. Pero ya era tarde ya que la mama de Samuel levanto la prenda del suelo con solo dos dedos y le dio vueltas observándo  detenidamente la prenda de vestir. No era algo que acostumbra llevar su hijo y sin contar lo ajustado que le quedaría si es que en algún día lo usara.

Su madre lo olio y examinó con mucha atención. Y lo descubrió, ella sabía que su hijo se estaba viendo con un muchacho, lo que no sabía con seguridad era de que chico se trataba aunque después de uno segundos analizándolo todo, no tuvo dudas era el único hombre que le sacaba suspiros de amor a su hijo, y ese era ni más ni menos Guillermo. Un muchacho con mejillas abultadas y ojos rasgados muy apuesto y campeón de natación en todo el condado.

Su mamá para no hacer enojar a su esposo se hizo la desentendida y dejo la prenda en su lugar esperando que Samuel no se diera cuenta.

Después de un largo rato parecía que los padres de Samuel ya se fueron porque escucharon el motor de un carro prenderse y alejarse así que después de ver bien que nadie estuviera afuera salieron con mucho cuidado de no hacer caer algo o hacer bulla. Pero en ese momento Guillermo se tropezó con una caja de zapatos de Samuel y cayó de picada hacia Samuel cayendo así encima del mayor a escasos centímetros de su cara. Sabía que eso le iba a costar caro así que solo lo vio esperando la regañada que le daría Samuel por hacer ruido y por los riesgos que tendrían, pero envés el castaño comenzó a reírse haciendo que su cabeza se incline para atrás y mostrando todos sus dientes, era extraño en todo el tiempo que estaba con él jamás lo había visto reírse y divertirse tanto por una tontera que hiciera Guillermo, después de unos  segundos Guillermo cayo rendido sobre el cuerpo del castaño sin poder aguantarse más la risa, escondiendo su rostro en el cuello de Samuel.

 Al cabo de unos pocos minutos se levantaron con sumo cuidado para no volverse a caer y viendo. el cuarto de samuel tenía un gran ventanal con cortinas negras que daban justo a la parte de adelante del hermoso jardín lleno de margaritas de la madre de Samuel y con una gigantesca pileta
Entonces en ese momento se les ocurrió la idea mas arriesgada y estupida que se les pudo ocurrir en algún momento, se voltearon viendose hacia el otro con una idea similar en el pensamiento de cada uno.

.....

-cuidado!!- Guillermo se resbalo y casi se cae pero envés de eso se hizo una  pequeña cortada en el lado derecho de la mano izquierda intentando sujetarse del barandal del techo, Guillermo hizo un  pequeño puchero que le pareció a Samuel la cosa mas tierna que había visto en su vida.

-Mierda... No te me quedes mirando pringado ayúdame- Guillermo ya estaba perdiendo la paciencia y el dolor no ayudaba.

El mayor le ayudo a bajar por completo y revisar su herida por si acaso era  grave. Era algo larga pero no muy profunda para la suerte del menor .

-Si hicieras un poco mas de ejercicio no hubiera pasado nada- por ese comentario Samuel recibió una mirada asesina por parte del pelinegro.

-Si me hubieras dicho que tus padres vendrían nos habríamos ahorrado todo esto-

La cara de dolor y amargado de Guillermo era epica, pero eso ahora no le importaba eso a Samuel, el nunca se había sentido así, se sentía excitado por el peligro y tener que escapar sin que nadie se de cuenta, y sobretodo compartirlo con Guillermo aunque era ovio que no lo disfrutaba tanto como como el.

-TE AMO!!-

-No grites!... Que nos van a oír!!- la sonrisa de Samuel era enorme, porque por meses no le pudo decir esa frase por miedo o inseguridades.

-¿Hoy a sido un gran  dia no?- Guillermo rozo con miedo los dedos de Samuel, ya que en el pasado Samuel no le dejaba que lo tomen de la mano en publico

En ese momento Samuel le sonrio y sujeto con fuerza la mano del amor de su vida-Si,a sido un gran día-

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Lamento no haber estado presente estos días :)
No me maten

otra vez caí (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora