La solitaria muerte entraba a un hospital, caminaba entre medio de médicos, pacientes, familiares. Pasillos llenos de personas, de nerviosismo, de esperanza, de tristeza y de alegría.
Nadie se percataba de ella, aunque todos la conocemos, muchos ignoran su presencia, y apenas notamos cuando ella pasa al lado nuestro.
Siguió caminando hasta llegar a una sala de parto, una joven madre primeriza estaba luchando con todas sus fuerzas para traer una nueva vida a este mundo.
Era una situación complicada, un parto difícil, los médicos estaban preocupados, la vida de la madre corría peligro y en consecuencia, la vida del bebe también.
La joven estaba sobre la camilla, sudaba, su respiración era muy agitada, los médicos la alentaban a que siguiera adelante. La muerte se coloco delante de ella, estaba ahí, inmutable, sin un solo gesto, como una estatua de piedra observaba la escena, corridas, médicos, aparatos, era un caos.
Extendió su mano y tomo unos de los legajos médicos que había cerca de la camilla, había cosas que no entendía, diagnósticos,etc. Para ella solo significaba una sola cosa, y solo a eso había venido, la futura madre iba a morir.
Su esquelético rostro sin expresión pronto se lleno de tristeza, sabia que el tiempo no seria suficiente, tanto ella como el bebe morirían. Tomo una decisión, se supone que no debía intervenir, pero también se supone que solo debía llevarse una vida, y el bebe no era parte de ese plan.
Extendió su mano, y un pequeño reloj apareció flotando en el aire, la joven que estaba a punto de dar su ultimo aliento retomo su fuerza y siguió luchando por dar a luz, la muerte le había agregado treinta minutos y medio de vida extra.
Unos minutos después, esa sala se quedo en completo silencio por unos segundos, la joven dio un empujón mas, y el llanto de una bebe lleno por completo el lugar, la muerte en su extensa existencia pocas veces había presenciado tan milagro, para ella era muy extraño, estaba totalmente fuera de lo habitual, acostumbrada a llevarse las almas de los humanos, el nacimiento de una nueva vida era un evento totalmente diferente.
Mientras tanto en la sala de espera un preocupado y ansioso padre, se levantaba de su asiento y se dirigía apresurado a conocer a su hija, entro a la sala y se quedo en shock, con lagrimas en los ojos, se coloco al lado de su mujer y su hija, ambos se besaron, y contemplaron llenos de amor a la hermosa bebe con mejillas rosadas, era un cuadro tan tierno, hasta las enfermeras contemplaron con sonrisas, y soñaban despiertas, el día en que pudieran tener sus propios hijos.
El reloj seguía corriendo, la muerte aun estaba ahí esperando, ya no se podía seguir posponiendo lo inevitable, y la joven madre también lo sabia.
Observo su recién nacida hija, mientras sujetaba fuertemente la mano de su pareja, la miro como solo una madre mira su hijo, con amor, orgullosa, feliz, sabia que viviría, y que tendría los ojos de su padre, que se probaría muchos vestidos, que jugaría con su lápiz labial, y que sobre todas las cosas, crecería, feliz, llena de vida.
Deseo con todas las fuerzas que le quedaban que ese sueño se hiciera realidad, se acerco y beso suavemente, la frente de su bebe, seria el primer y ultimo beso que le podría dar.
Con una sonrisa en su rostro ,se recostó, y dio su ultimo aliento...
El padre noto como su mano de repente dejo de sujetar la suya, no pudo decir nada, no podía decir nada, no había palabras para describir ese momento, segundos atrás tenia el gran gozo de ser padre y ahora su corazón se partía, por la partida del amor de su vida, incapaz de hacer algo, solo rompió en desgarrador llanto.
La muerte se movió de su lugar, camino por detrás del joven que lloraba, y puso su mano en su hombro como si intentara consolarlo con un gesto.
El alma de la recién fallecida emergió de su cuerpo en forma de mariposa blanca, y revoloteo por la habitación, se acerco a la muerte, se coloco frente a el, tomo la forma de la joven, se inclino en señal de agradecimiento por lo que la muerte había hecho por ella y volvió a tomar la forma de la mariposa, le hizo cosquillas en el rostro, y la muerte sonrió levemente.
Era tiempo de irse, la muerte extendió su mano, y la mariposa se poso en ella, ambos abandonaron la sala, la muerte siguió su camino, una vida había terminado, y otra estaba a punto de comenzar...
Fin
ESTÁS LEYENDO
Treinta Minutos y Medio
EspiritualUn acto de bondad al azar de la Muerte se convirtió en el regalo más precioso de una mujer moribunda. Una historia corta basada en este pequeño Manga. http://comic.manga-audition.com/entries/thirty-and-a-half-minutes-by-snippy-mj/