Me desperté a la mañana siguiente oliendo a café. Me incorporé de la cama y me dí cuenta de que Cass ya no estaba a mi lado.
Decidí salir de la cama, vestirme y irme a buscar a los chicos, que probablemente estarían en la cafetería.
Cuando llegué, estaban los tres allí, sentados en una mesa y merendando. Cogí asiento y enseguida Dean dijo con una sonrisa picarona:
Dean: No habréis roto los muelles de la cama, verdad?
Yo me quedé en blanco, sin saber que responder, pero me moría de vergüenza. Cass se puso rojo y Sam no entendía que estaba pasando.
Finalmente se me ocurrió decir:
_____: Te preguntaría lo mismo Dean, pero hace rato que no ves a ninguna chica.
Le dejé sin palabras, y entonces Sam intervino:
Sam: Sois clavaditos, tenéis el mismo carácter.
Cuando acabamos de comer, revisamos el periódico, para ver si había algún suceso extraño que requiriese investigación.
Sam: "Hombre hallado muerto en un callejón sin corazón, las fuentes afirman que fue el ataque de un perro".
____: ¿No os parece sospechoso? Un perro no hace eso...
Dean: Tienes razón, Sam y yo iremos a investigar, no es un caso importante, así que Cass y tu podéis quedaros aquí.
_____: ¿Estás seguro Dean? Podemos seros de ayuda
Sam: Dean tiene razón, no os preocupéis, nosotros nos encargamos.
Dean: Cass, cuida a _____, no dejes que le pase nada.
Castiel: Por supuesto, la protegeré con mi vida.Aunque me gustó oír que se preocupaba por mí, y que nos íbamos a quedar solos unos días, fingí:
_____: Puedo cuidarme solita, gracias.
Castiel me miró con sus intensos ojos azules, cada vez me era más difícil disimular el deseo que sentía hacia él...
Dean y Sam se levantaron y se fueron hacia Wisconsin, donde habían encontrado el cadáver.
Cass y yo nos quedamos un rato en silencio, y después decidimos irnos al bar otra vez para dar una vuelta, así yo aprovecharía para charlar y estar con él.