Sentí mi teléfono vibrar de nuevo en uno de los bolsillos de mi chaqueta y aceré el ritmo sabiendo exactamente de quien era. Subí los escalones de dos en dos hasta encontrarme con la puerta de mi apartamento y deje caer mi bolsa de deportes sobre el suelo de parquet. Ni siquiera tenía tiempo de ducharme o mirarme en el espejo para intentar arreglar aunque fuera sólo un poco mi aspecto físico. Llegaba al menos 20 minutos tarde por culpa del tráfico que había mantenido retenido en la carretera a el autobús que me llevaba a casa cada día después de entrenar. No obstante, sabía que esa no era suficiente excusa para haberle dejado tirado durante casi media hora en línea. Saqué mi teléfono móvil de mi chaqueta y leí prediciendo todas y casa una de las palabras que él había utilizado: "¿Estás lista? " "Por favor, contesta. Ya sabes que no tengo much tiempo." "¿Pero dónde cojones te has metido, Luz?" "Ahora en serio, estoy preocupado. Llámame."
Una leve sonrisa se formó en mis labios al leer como su desesperación había aumentado por segundos al no poder verme. Deje el teléfono sobre la pequeña mesita de madera clara que tenía enfrente y lo cambié por mi ordenador. Me puse cómoda sobre el sofá y elevé la tapa para pulsar sobre el icono de la nube azul con una gran S de color blanco en su interior.
Su nombre apareció enseguida en la pantalla junto con un sonidito no muy agradable que había pasado a convertirse en algo usual en nuestra relación. Clickeé sobre el botón de aceptar y su sonrisa apareció de golpe en la pantalla.
— ¿Dónde estabas? — Su voz se escuchaba bastante baja dado que se encontraba recostado con los auriculares puestos y probablemente a punto de quedarse dormido.
— Hubo un accidente en la carretera y ya sabes... — Hice una mueca.
Matthew cambió de posición y la imagen se congeló durante un instante. Pulsé un par de teclas, asustada ante la idea de perder la señal y no poder conformarme siquiera con tener que verle así dado a la distancia que nos separaba en ese momento. Finalmente la imagen cambió y me le mostró un poco más incorporado sobre el sofá de su autocaravana.
— ¿Y no será que te estás portando mal? ¿Eh?— Elevó una ceja, restándole importancia al suceso anterior.
Rodé los ojos sabiendo que la calidad de su imagen no le permitiría verlo bien del todo, ya que de ser así, nos tocaría discutir de nuevo sobre lo mucho que odiaba que le contestara con gestos como aquel.
— Ya sabes que eres el único al que quiero. Que eres la primera cosa en la pienso cuando me levanto y la última en la que pienso antes de quedarme dormida.
Vi a través de los píxeles de mi pantalla como una sonrisa se estaba empezar a forma en su rostro y desvié la mirada porque hasta estando detrás de una pantalla conseguía ponerme nerviosa y hacer que me ruborizara al hablar de mi sentimientos hacia él.
Él dejo escapar un suspiro lleno de ternura al percatase de como mis mejillas estaban cambiando de color.
— Consigo ponerte roja incluso teniéndote así lejos.— Exclamó orgulloso de sí mismo.
No pude evitarlo y acabe riendo ante su comentario. Sin embargo él no me siguió, se quedó quieto disfrutando del sonido que le proporcionaban sus auriculares.
— No te haces ni una ligera idea de lo mucho que deseo que esto acabe pronto. Quiero decir, adoro viajar, ver mundo y conocer a todas esas personas que me han dedicado aunque fuera un sólo segundo de su tiempo, pero tú... Luz, tengo tantas ganas de tenerte cerca. Quiero volver a tenerte entre mis brazos, quiero volver a besar esos labios que consiguen volverme loco...
Sonreí sin poder remediarlo al escucharle decir todo aquello. Yo también lo deseaba, lo deseaba más que a nada en este mundo, pero parte de su trabajo consistía en ello y necesitaba comprenderlo. Su vida profesional giraba entorno a su fans, y eso era algo con lo que no podía competir. No importaba cuantas veces lo hubiéramos hablado, no importaba cuantas lágrimas se hubieran derramado. Su vida era así y yo tenía que aceptarlo, Dios sabe que lo estaba intentado pero aún así no dejaba de dolerme el hecho de tener que separarme de él durante tantos meses y seguir mi vida como si nada hubiera pasado. Seguir haciendo mi rutina diaria hasta llegar a casa, donde se me concedían un par de minutos para hablar con él y después acostarme sola, sin poder sentir su tacto sobre mí o su olor inundando el ambiente que me envolvía. Para él tampoco era nada fácil y lo sabía. Sabía lo agotador que resultaba ir de un lado a otro para conocer a millones de personas diferentes que sólo tenían una cosa en común: él. Sabía lo cansado que acababa de interpretar una y otra vez la misma actuación cada día para distinto público. Y también sabía que parte de ese cansancio era originado por mi culpa ya que él prefería quitarse horas de sueño antes de quedarse dormido sin poder haber hablando conmigo al menos una vez al día.
— Estoy tan harto de tener que ver tu sonrisa a través de una pantalla de ordenador.— Susurró con la cabeza apoyada sobre la almohada. Había vuelto a cambiar de postura, era algo que solía hacer muy a menudo cuando estaba cansado y se negaba a caer tan fácilmente en los brazos de Morfeo.
Quería seguir hablando con él pero tampoco quería retenerle por demasiado tiempo dado su estado.
— ¿Y qué tal el día? — Murmuró intentado cambiar de tema para que le dará conversación y así no se quedara completamente dormido.
Observé como sus párpados se cerraban poco a poco sin que él pudiera hacer nada para remediarlo y como después él volvía a abrirlos completamente para evitar caer rendido ante lo que su cuerpo le pedía mientras una de sus manos sujetaba su cabeza sobre la almohada. Me resultaba tan tierno verle así, luchando entre su deseo por mantener una conversación conmigo y su necesidad de descansar.
— Matt, estás cansado. Mejor hablamos mañana, ¿vale? — Sugerí no siendo del todo lo que deseaba pero al fin y al cabo había sido mi culpa. Yo era la que había llegado tarde a nuestra cita.
Él negó con la cabeza y volvió a recolocarse sobre el sofá que le sostenía. Esta vez estaba completamente tumbado por lo que ambos sabíamos lo cerca que estaba de dejarse mecer a merced del movimiento que la autocaravana le ofrecía.
— ¿Te he dicho alguna vez lo guapa que estás cuando...? — Murmuró con los ojos cerrados.
Y así, dejando su frase a medias y por lo tanto dejándome a mí ansiosa por oír el final de su cumplido, se quedó dormido con sus auriculares puestos y la luz de la pantalla del ordenador iluminando su rostro.
— Que descanses, cariño.— Susurré sabiendo que no iba a obtener respuesta.
Me recoloqué sobre el sofá debatiéndome mentalmente en si debía seguir mirando a la pantalla del ordenador para deleitarme así con su rostro angelical y sus suaves ronquidos o si simplemente debía cerrar la tapa y dejarle dormir tranquilo, cuando de repente sus labios volvieron a abrirse otra vez para ofrecerme su mensaje de despedida:
— Te quiero mucho, Luz.— Susurró causando de nuevo una sonrisa en mi rostro.⇝ Para IsMyHemmings ⇜
Lo cierto es que parecía muchísimo más bueno en mi cabeza pero aún así espero que te guste cielo.
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Imagines » Matthew Espinosa
Fanfiction« i love everything you hate about yourself » - m.e.