1er capítulo

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''So you can drag me through hell, if it meant i could hold your hand, i will follow you...''

Follow you de Bring me the horizon sonaba mientras llegábamos a la nueva casa, o como mi madre quisiera que digamos ''Nuevo hogar''. Sinceramente no puedo considerar esto un nuevo hogar, mi hogar es el anterior, el que quedó allá en Twisty. Aunque supongo que debería considerar esto como una nueva oportunidad de hacerlo bien, de hacer amistades y de ser una chica mas ''normal'' por así decirlo a comparación de mi vida en Twisty, es difícil cambiar de casa, quizás por aquí tienen distintas tradiciones, o lo que sea ¡yo no quiero cambiar como soy! Mi madre dice que no exagere tanto, pero claro, ¡ella eligió venirse aquí! no tiene de que quejarse.

Despejando por completo mis pensamientos, el auto se detuvo. Mi padre sacó las llaves y comenzaron todos a bajar de este. Aún caprichosa y convencida de que sin duda no viviría aquí me quede cruzada de brazos sentada. Todo genial, hasta que mi madre se cansó de mis caprichos y dijo:

-¡Melanie! Por el amor de dios, ¿puedes una vez en tu vida hacer caso y bajar de maldito carro? -gritó-

Baje del auto casi arrastrándome, con mi malhumor como de costumbre; baje del carro con los brazos cruzados

-¿Puedes cambiar esa cara y intentar emocionarte por nuestro nuevo comienzo? -replicó mi madre -

-Ajá. -Dije rodeando los ojos.

Entramos todos a la casa. Aunque no quiera admitirlo ni por un mínimo de segundo, la casa era bonita. La sala color café, la cocina naranja, el cuarto de Ed, mi hermano azul, el mio lila. Seguramente mis padres mandaron a alguien para que la pinte antes de venir, porque el lila es mi color favorito y el de Ed, pues no lo se.

Pocos minutos después el camión de la mudanza llegó

atrayendo por completo mi atención, me volteé para ver éste. Mi familia salio inmediatamente de la casa a ver como había salido las cosas de la mudanza, al verificar que todo había salido a la perfección, entraron a la casa y le dijeron a dos extraños donde querían que se encuentren los muebles. Yo en cambio, en la misma posición durante minutos, observando cada mínimo movimiento que hacían todos.

Cuando terminaron de bajar y acomodar todos y cada uno de los muebles, cansada de estar 12 horas en el maldito carro, me lancé sacándome los zapatos en el proceso -sí, algo que estuve practicando- sobre el sillón a descansar, un largo día, una larga siesta.

Tres horas mas tarde

Me desperté con el rico aroma de la comida de Sus, mi madre. Me fui a mi nuevo cuarto, a ver como estaban las cosas. Mi ropa estaba en la valija aún, mi cama no tenía nada y estaba todo sucio. Rápidamente corrí a buscar algo para limpiar, y comencé hasta dejar todo en perfectas condiciones. Al terminar, me acosté en mi cama pero apenas cuando pude tocar la cama sonó el grito de mi madre de "A comer!" entonces ni mas ni menos me fui a comer rápidamente. En la mesa como siempre estaba mi padre contando chistes inútiles y sin gracia, mi madre"riéndose" obviamente no le daban gracia y mi hermano con su estúpido vídeo juego como de costumbre, genial; nuevo comienzo vamos bien.

Terminando de cenar, me levanté de la mesa sin siquiera preocuparme por si ayudaba a mis padres a levantar las sobras o algo por el estilo. Rápidamente me fui a mi nueva habitación y sin vueltas me acosté y en el momento que apoyé mi cabeza contra la almohada caí en un profundo sueño.

17 de febrero, 9:00 am.

Desperté loca pensando ¿nueve am? ¿nueve am? ¿NUEVE AM? En esta jodida vida me levanto un fin de semana a las 9 de la mañana! ¿y si es el maldito cambio? ¿la mudanza? maldita sea.

Despejando mis estúpidos primeros pensamientos al despertar, me levanté sin rodeos y prácticamente corrí por el gran pasillo café hacia la cocina. En la casa no había nadie, seguramente esto del inútil cambio según yo solo me afectó a mí ¡Sabía que lo de mudarse no era una buena idea! En fin, me preparé mi desayuno y en segundos lo devoré con hambre notoria y al terminar me fui hacia mi nueva habitación a cambiarme, Sus, mi madre me había dicho que hoy íbamos a recorrer el pueblo o algo así y pues sinceramente no me emocionaba o al menos tenía ánimos de ir. Sin volteos abrí mi armario y agarré algo del montón, en este caso un jean azul, una susadera rosa y unas zapatillas deportivas verdes y rojas. Aunque pareciera un árbol navideño, no me interesaba en lo más mínimo como me veía.
Saliendo de mi habitación fui hasta la cocina y todo iba bien hasta que mi madre saltó.
-Melanie; ¿Puedes hacerme el favor vestirte presentable? ¡Pareces un árbol de navidad! -dijo con los brazos cruzados -
- Ay madre porfavor, es lo mismo. Ah y gracias por lo del árbol. -repliqué rodeando los ojos
-¡John! Mira a tu hija, mira lo que hace. -practicamente gritó enfurecida mi madre pero mi padre con su estúpido telefono nisiquiera le presto atención, meh, como de costumbre.
Terminamos esta "escena" y mi madre despues de largar un gruñido se subió al carro, luego Ed y mi padre le siguieron y yo ultima sali y cerre la puerta detras de mi.
Mi padre lo encendió y al colocarlo sobre la carretera, fuimos rumbo a perder tiempo, es decir, a visitar el lugar. Andando por las calles de Crowdford, observando cada detalle de la pequeña y nueva ciudad a la que vinimos a vivir. Eso hacian mis padres, yo por otro lado estaba escuchando música y Ed con su videojuego.
De un momento para el otro, miro hacia la ventana y veo caminar a un joven, su color de cabello era castaño claro si no me equivoco y traía unos jeans y una camiseta negra. Un milisegundo después mi padre giró y en cuestión de segundos el chico se esfumó. ¿Cómo preste atención en todos sus detalles en tan poco tiempo? Despejando mi mente de estúpidos pensamientos miro hacia delante y veo a mis padres discutir en murmuros. Un momento después mi padre dijo en voz alta "¿Paramos a almorzar?" Mi madre quería eso y por eso peleaban. La sensación de victoria de mi madre se sintió en todo el coche.
Paramos en un restaurante, todos ordenamos nuestra comida. Y al momento en el que el mozo se fué, apareció por detras el chico, el joven de la carretera. Abrí mis ojos como dos platos y cuando sentí que se giró a verme, corrí la mirada rapidamente y en mi cabeza corrian mil y un pensamientos y locuras.
Para mi suerte, llegó el mozo con el almuerzo. Hizo un gesto con la cabeza hacía el joven subiendo y bajando las cejas. Confundida ignoré eso.
Al terminar de devorar si se puede decir así. Al momento llegó el mozo con la cuenta y de mi lado dejo un papel pequeño con números, luego de pensar llegué a la conclución de que era el número de el joven. Con el ceño fruncido en forma de confusión miré al moso y el me ignoró. ¿Qué?
Salimos del restaurante, como siempre yo ultima. Al salir le miré rapidamente al chico una vez mas y cerré la puerta detrás de mí.

My best mistakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora