Soy Olivia Kaspen, y si amo algo, lo arranco de mi vida. No intencionalmente... tampoco no desintencionalmente. Veo a uno de ellos ahora; un sobreviviente de mí corrompido, agrio amor.
El está a unos cien metros de donde estoy parada, pasando por viejos discos.
Justin. Su nombre rueda en mi cabeza como una bola de púas, abriendo sentimientos que hace mucho tiempo se habían convertido en cicatrices. Mi corazón trata de apartarlos de mi pecho y todo lo que puedo hacer es quedarme y observarlo. Han pasado tres años desde la última vez que lo vi. Sus palabras de despedida eran una advertencia de que me mantuviera lejos.
Inhalé pegajoso aire en mis pulmones y traté de controlar a mis descuidadas emociones. Quería ir hacia él. Quería ver el odio surgir en su cara. Estúpida. Empecé a irme y casi cruzo la calle a mi carro cuando los pies me fallaron. El fuerte cosquilleo de agitación se arrastraba hasta mis dedos. Apretando los puños marcho de nuevo a la ventana. Este es mi lado de la ciudad. ¿Cómo se atreve mostrar su cara aquí?
Su cabeza se inclina sobre una caja de cartón de CD y mientras se vuelve a mirar algo por encima de su hombro, echo un vistazo a su nariz fuera de lo común. Mi corazón se aprieta. Todavía me encanta este chico. La realización me asusta. Pensé que lo había superado. Pensé que podía manejar algo como esto, un encuentro improvisado.
Había tenido terapia, había tenido tres años para...
Amargarme en mi culpa.
Pierdo el tiempo en mis emociones durante unos segundos más antes de darle la espalda a la tienda de música y a Justin. No puedo hacerlo. No puedo volver a ese lugar oscuro. Mi pie se levanta a un paso para bajar a la acera cuando las nubes que han estado al acecho alrededor de Miami durante una semana repente gimen como tuberías viejas.
Antes de dar dos pasos, la lluvia está asaltando el pavimento, empapando mi camisa blanca. Retrocedo de forma rápida y me apretujo debajo del toldo de la tienda de música. Me quedo mirando mi viejo Escarabajo a través de los hilos de la lluvia.
Sólo una pequeña carrera y estaré camino a casa. Una voz extraña interrumpe mi momento de escape. Retrocedo, sin estar segura de quien me hablaba.
-El cielo esta rojo de problemas.
Me volteo y encuentro a alguien parado justo detrás de mí. Está más cerca de lo que se considera socialmente aceptable. Hago un sonido de sorpresa en mi garganta, y subo las escaleras. Es al menos medio metro más alto que yo, todo músculo, aunque no en una manera atractiva. Sus manos cuelgan en un extraño ángulo con sus dedos estuviesen tensos y separados.
Mis ojos se sienten atraídos por un lunar que se asienta como un objetivo en el centro de su frente.
-¿Qué? -sacudo la cabeza, confundida. Trato de dar un vistazo por encima de su hombro para darle un vistazo a Justin. ¿Sigue allí? ¿Debería entrar?
-Es una vieja superstición de marinero.
Bajo la mirada para ver sus ojos. Me parece familiar, y, mientras considero el decirle que se joda, trato de recordar donde lo había visto antes.
-Tengo una sombrilla. -El sostiene una cosa floral con un mango de plástico en forma de una margarita-. Puedo llevarte hasta tu carro.
Miro al cielo, que sí luce un rojo oscuro, y me estremezco. Quiero que me deje en paz y estoy a punto de decírselo, cuando pienso -¿Qué pasa si esto es una señal? ¡El cielo es de color rojo-lárgate-de-aquí!
Estudio el esmalte desconchado en mi dedo pulgar y considero su oferta. No soy una persona de presagios, pero él si tiene una manera de mantenerme seca.
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La Oportunista |Justin Bieber|
RomanceOlivia Kaspen es un manipuladora con lengua afilada, la cual utiliza para conseguir siempre lo que quiere. Con una sola excepción, Justin Bieber, el que ella tontamente dejó escapar. Después de un encuentro casual que trae a Justin de nuevo a su vid...