Hacemos nuestro futuro

42 3 4
                                    

Había tenido una reunión con unos amigos, ellos ya se han ido así que me tocaba limpiar, volteo a ver y veo que sobró algo de pizza, no quiero tirarla así que simplemente salgo a la calle a buscar a alguien a quien dársela.
Llego a una parte de mi vecindario y veo a un señor sentado en el suelo pidiendo una moneda, me le quedo viendo unos segundos y me siento a su lado, veo como la gente se me queda viendo preguntándose "¿Que hace esa niña con un vago?" "Le puede pasar algo" etcétera, la verdad me da igual. Volteo a ver al señor y le digo:
-¿Tiene hambre?- pregunto mientras señalo la caja de pizza en mis manos-.
-Si, señorita-contesta él y mira la pizza con una mezcla de deseo y duda-.
-bueno señor, estaba en una reunión de amigo y me sobró esta pizza, coma un poco-le dije mientras abría la tapa-. Él dudo por un segundo pero aún así tomó una rebanada y empezó a comer, yo sólo lo veía y en un momento que pudo hablar me dijo:
-muchas gracias, señorita, ojalá hubiera más personas como usted-mencionó con un deje de tristeza-.
-Si, eso sería bueno...¿le puedo hacer una pregunta?-dije con un tono entre duda y curiosidad-.
-después de haberme dado de comer puede preguntar lo que quiera-dijo con una sonrisa que no esperaba, derrochaba confianza este hombre-.
-¿Cómo terminó en la calle?-dije pensativa mientras miraba al frente-.
-Esa es una historia muy triste, señorita-dijo con una sonrisa triste-mi esposa me echó de la casa y tiempo después perdí mi empleo por problemas económicos-dijo con una mirada llena de dolor y una sonrisa triste-.
Sin notarlo nos pusimos a platicar por lo que fue bastante tiempo y de repente noté la hora así que simplemente me levanté lo voltee a ver y le dije:
-Nosotros hacemos nuestro futuro-le regalé una sonrisa y me fui-.

UN AÑO DESPUÉS

Voy caminando por la calle pensando en los deberes que tengo pendientes. De repente paso cerca de una pequeña tienda de ropa, la miro un segundo y sigo mi camino, cuándo noto que alguien toca mi hombro, volteo a ver quien es y veo que es un señor que luce común y corriente, va vestido bien aunque no muy caro, lleva pantalones negros, una chaqueta y una camisa, me sonríe y me dice:
-Hacemos nuestro futuro-dice y me regala una sonrisa-.
-ES USTED!, DIOS, ES USTED-no puedo contener la emoción y lo abrazo fuertemente-. Es el vagabundo que conocí hace un año, el Sr. Facundo.
-Hola, Sofía- me dice sonriendo ampliamente-me da gusto volver a verte-su emoción es evidente-gracias por lo que hiciste por mi- me dice y yo sólo debo contener la emoción, ahora trabaja, no debe pedir limosna y lo más importante se le ve felíz.

-Sofía Parpinelli, 8 de abril de 2016. Historia real.

Había Una Vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora