Capítulo 2:

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Al día siguiente:

Fui a la escuela, resultó ser un día normal, y tan pero tan aburrido; es que como ya dije, mi vida era tan sosa que a veces sentía que no tenía sentido. Y es cierto, desde el año pasado que me enteré que una de las personas a quien más cariño tenía murió, comencé a sentir eso:

Había llegado de visitar a una prima que estaba un poco enferma, llegué y encendí la tv, no había nada de mi agrado, así que me acosté a escuchar música. Fue entonces cuando escuché a mi mamá hablar con una voz llorosa, y sí, uno de las peores pesadillas que tenía, se había vuelto realidad, mi queridísimo abuelo había acabado de fallecer.

Él que era para mí como mi súper héroe, que desde que fui niña fue tan bueno conmigo. Había llorado tanto en el día de su entierro, y me costó tanto asemejar que ya no volvería a sentir sus hermosos abrazos.

Jamás entenderé el por qué las personas buenas mueren ¡la vida es injusta! Especialmente cuando tienes un hueco, y cuando al fin alguien te quiere como a una hija y se comporta como un verdadero padre, ya que no tuve la bendición de tener a mi padre conmigo.

Así es, mi padre era uno más del montón de hombres irresponsables que rondan en el mundo, aun recuerdo aquella conversación que escuché en mi infancia:

Mamá: Tú sabes que ella es tu hija, y te necesita.

Papá (si así se le puede llamar): En realidad no lo sé.

Mamá: ¡Deja de negarla!

Papá: Yo no puedo estar seguro, y por más de que yo sea su progenitor jamás amaría a esa niña.

Mamá: Roxan te quiere, es una buena y hermosa criatura ¿cómo puedes decir todas estas barbaridades?

Papá: Si quieres le doy mi apellido, pero ya nada aparte de eso, tú sabes que ahora yo estoy con Majo, y cualquier cosa que haya pasado entre tú y yo, ya no me importa más.

Allí me di cuenta de que las zorras podían destruir tranquilamente un matrimonio, y dejar destrozados a los hijos, en este caso, yo.

Por lo tanto, luego del fallecimiento de mi abuelo, ese hueco y enorme dolor en el alma solo logró acrecentarse aun más. Pero aun así, yo continuaba, debía luchar día a día y en varias ocasiones fingir una sonrisa cuando solo tenía ganas de llorar.

Y es que, una persona debe seguir con la esperanza, por más mínima que esta sea.

FP�{L:_

Nunca digas nunca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora