Esta historia comenzó hace tres años, aunque en realidad nos conocíamos desde hace mucho más tiempo, para ser exactos nuestros hermanos se conocían desde antes ya que practicaban tenis de mesa y frontenis juntos. En cuanto a Matthew y yo, pues hicimos la comunión juntos, nuestros padres se conocían de la universidad y nuestras madres...pues bueno mi madre es la médico de la madre de Matthew. Todos esos momentos vividos y no nos dimos cuenta hasta que llegamos a séptimo; en ese año nos dimos cuenta de que compartíamos la misma pasión, por el surf.
_No ves raro que no nos hayamos visto nunca en la playa.- dije yo.
_La verdad es que te he visto un par de veces Alice.- me respondió.
_Pero no te conocía y no sabía quién eras.- justificó Matthew.
Ese año fue inolvidable, hice nuevos amigos y amigas y sobre todo nuevas experiencias. Nunca llegué a pensar que me enamoraría. Pero tranquilos que no me enamoré en mitad del curso escolar, me enamoré en verano. Estaba con Matthew en la piscina cuando por delante de nosotros pasó un chico guapísimo, que digo guapísimo estaba muy bueno. Era alto, rubio, ojos azules y labios de los que te encantaría robarles un beso. En resumen era como un ángel caído del cielo. Matthew era muy atrevido así pues me dijo -vamos a hablar con él-. Con un subidón de adrenalina le dije -vale-. Así que fuimos en dirección al chico, empezó hablando Matthew ya que yo estaba demasiado nerviosa.
_Hola- dijo Matthew.
_Hola- dijo el chico.
_¿Cómo te llamas?- dije yo.
_Nathan, me llamo Nathan- dijo él.
Conforme pasaban los días hablábamos mas con el, hasta que un día me di cuenta de que tanto Matthew como Nathan congeniaban bastante bien, que no significa que se llevase mal conmigo sino que entre ellos había una gran relación. Para mi desgracia el jueves de esa misma semana vi a Matthew y a Nathan dándose un beso, me quede sorprendida. No porque Matthew estuvieron besando a un chico, ya que a él no le gustaban las mujeres. Estaba sorprendida por que nunca pensé que a Nathan le gustasen los chicos. Para resumir todos encontraban el amor menos yo o eso creo, ya que fuese a donde fuese ese verano veía a enamorados, menos mal que lo de Matthew y Nathan sólo fue un amor de verano. Si no ya me hubiese amargado, en si fue menos que un amor de verano ya que Nathan sólo iba a estar por Londres dos semanas. Así pues mi querido amigo Matthew y yo estuvimos disfrutando de un gran verano, sin amores y sin rollos raros. Se nos pasaron rapidísimo las vacaciones. Y como todo lo bueno se acaba.
