¿enamorada de Los cinco? |one direction y ____(tn)

CAPITULO 014 "EL SONIDO DE LA LLUVIA"

                          _____(tn) Baker

Luego de estar todo un fin de semana con Irwin, Lore y Lucy me di cuenta de que debo de bajar mi carácter, esas chicas no tienen la culpa de todo el odio que llevo por dentro. Durante esos días hablamos de todo, me pareció algo raro que hubiera tanta confianza si tan solo llevábamos un par de horas de conocernos. Me sentí cómoda estando con ellos tres. Nos pintamos las uñas, nos depilamos en ciertas partes y hasta pudimos ver todas las películas  de Nicholas Sparks, no parábamos de llorar. 

Hoy, lunes, me despierto por un fuerte ruido de trueno. Excelente. Digo al notar como cae la lluvia, miro hacia mi mesa de noche para ver la hora, gran salto di al percatarme que ya pasaba de las doce del medio día. Me dirijo al baño para darme una ducha y poder despertar. 

Una vez terminada me pongo unas mallas térmicas, unas botas resistentes al agua, un enorme jersey y mi cabello lo recojo en una coleta. Bajo hacia la cocina donde esperaba ver a mi padre, pero solo estaba esta vacía. El ruido del refrigerador sonaba y aquella vieja gotera que a mi abuela le molestaba continuaba. Me siento en la silla de madera bostezando tratando de pensar que es lo que comeré. 

A los pocos segundos me percato que mi padre me dejo una nota en el refrigerador junto con un imán que tiene mi foto, claro cuando era niña. En mis labios se hace una leve sonrisa recordando aquel momento. Tomo la nota para leerla:

'Hija, tuve que ir con unos clientes, se que te prometí que solo duraríamos un fin de semana pero creo que lo tenemos que alargar. Tu abuela dejo un testamento y quiere que lo leamos el día de tu cumpleaños. Deje dinero en el bote de galletas donde tu abuela lo guardaba al igual que varias tarjetas de crédito, para que nada te falte. Te quiere, papa' 

Dejo la nota en la mesa, desde que tengo memoria me ha dado todo, tal vez por eso fui una niña gordita por todos los dulces, pero ahora de grande quiere 'sustituir' el amor de padre con dinero. El trabaja día y noche para que nada me falte cuando el es quien mas me hace falta. 

Busco en el bote de galletas arriba de la alacena encontrando el dinero, lo guardo en el bolsillo de mi pantalón, tomo mi celular, llaves y un paraguas para salir a desayunar a cualquier parte. Camino pensando en todo, en como hace una semana atrás estaba tan emocionada por casarme y ahora estoy nuevamente en el lugar donde nunca debí de haber salido. Al caminar juego con los charcos de agua lanzando o hasta brincando en ellos despreocupada de que me pueda manchar o hasta enfermar. Llego a la misma cafetería donde estuve con Harry mi primer día. 

Entro agitando mi paraguas tratando de cerrarlo pero no lo puedo hacer. -Excelente maldita cosa- pienso un poco estresada. Al lograr cerrarlo volteo para caminar hasta el cajero, pero al girarme le tiro a un chico su pedido. 

"Lo siento tanto" traga-me tierra "estaba un poco distraída y no te vi" checo como se le tiraron las tres donas

"No te preocupes todo bien" levanto mi cabeza para verlo "¿____(tn)?" trato de dar mi mejor sonrisa "No has contestado mis llamadas, ¿porque?" 

"Perdí mi celular" le miento, claro que en ese mismo instante suena "¡Ya lo encontré!" saco el teléfono mostrándoselo y tratando de sonar tranquila "¿Que haces aquí? No se supone que debes de estar en el hospital" 

"A penas iba a ir pero alguien me tiro mi desayuno" bromea "¡Diablos! Se me hizo tarde, ¿te veo luego?" 

"Si, Reynaldo" besa mi mejilla y sale corriendo por aquella puerta de vidrio. 

Sin mas que decir camino hasta el chico para indicarle mi pedido, la cafetería esta un poco sola, lo cual es mejor para mi, me siento en una de las mesas que dan para la calle. Admirando como cada gota cae al suelo, como unas cuantas se deslizan por la ventana. A los diez minutos un amable mesero me entrega mi pedido. Café y panqueques junto con unas chispas de chocolate y una enorme bola de vainilla, chocolate derretido y varias galletas oreo rodeándolo. De mis labios sale una pequeña sonrisa recordando algo tonto. En mi cumpleaños venia aquí para desayunar esto, era lo mejor que me podía pasar.