Algunas ocasiones en las que salía temprano él pasaba por mi para hacer algo juntos, pero un día, todo aquello que siempre hacíamos que no era algo de el otro mundo cambiaría todo.
Pasó por mi como de costumbre y fuimos a caminar, hablamos, reímos, jugamos y nos divertiamos mucho juntos, ahí fue cuando nos dimos cuenta que ambos deseábamos estar juntos, la tarde siguió su curso y cuando era momento de despedirnos él me llevó a mi casa, durante el transcurso la plática ya no fue de risas y juegos, si no que hablábamos más serios, dijimos todas esas cosas que queríamos para nuestra relación, nos dimos cuenta que íbamos para algo más que un romance pasajero, llegamos a hablar de hijos y de perros, ya lo sé, es exagerado pero, ¿Quién puede parar a unos enamorados?.
Los días transcurrieron como siempre pero un día decidimos que no queríamos hacer lo de siempre, pasó por mi a la escuela y fuimos a su casa, para ese día nunca había ido, me mostró todo, desde la sala hasta el jardín, todos los cuartos eran grandes y cada uno decorado a su manera.
Después del tour bajamos a la cocina para preparar algo ya que ese día era día de películas, una vez preparado todo subimos al cuarto de televisión y comenzamos a buscar que veríamos, para mi suerte me dejo escoger, vimos Harry Potter, ¿Se imaginan? Una tarde perfecta, el amor de mi vida estaba junto a mi mientras nos abrazabamos y dejábamos que el tiempo pasara volando.
Poco a poco la televisión pasó a ser música de fondo, ambos estábamos sumidos en el otro, ahora que lo pienso no sabíamos que iba a pasar, sólo dejamos que pasara y el destino hizo de las suyas.
