A medias

27 4 2
                                    

Judith había abierto la puerta y tirado del brazo de Eva para hacerla entrar.

—Bueno—había dicho Eva—. Estoy aquí para lo que estoy, ¿no?

Judith había asentido.

La camiseta de Judith cae al suelo. Está tumbada en la cama de su habitación, son su cintura entre las piernas de Eva, que está encima de ella. Rápidamente, la ropa va despegándose de sus cuerpos, terminando en el suelo.

Las puntas de los dedos de Eva recorren la piel de Judith, desde su cintura hasta sus pechos. Nota cómo los pezones de su compañera se han erizado, y su cabeza descansa en la almohada, esperando a que ella dé el primer paso.

Eva dobla la espalda y su boca roza la de Judith. Entonces ella tira del encaje que adorna los laterales de las bragas de Eva, bajándolas por sus muslos, y Eva se levanta por un momento para poder quitárselas. Hunde sus manos en el pelo naranja de Judith, corto a media melena, y se queda de nuevo con parte de su pintalabios en la boca.

Judith pone sus manos en los pechos de Eva, cogiendo cada una en una mano. Los de Judith son más grandes, pero Eva juega con ellos, acariciando sus pezones con las puntas de los dedos. Después comienza a besarle los hombros, las clavículas, mientras acaricia sus caderas y sus manos van subiendo hasta su ombligo.

Judith respira despacio, por la boca, con la mirada fija en el techo. Entonces Eva para y mira a la cara de su compañera.

—¿Por qué paras? —pregunta ella.

—¿Te gusta? ¿Voy bien?

Judith ríe.

—Sí, no te preocupes. Tú sigue, ¿vale? Ya te aviso yo dejas de ir bien.

Eva sonríe y besa a Judith. Después se tumba a su lado en la cama. La pelirroja se mueve para dejarle a Eva un trozo de colchón y se gira para mirarle a la cara.

—Estoy nerviosa, ¿sabes? —confiesa Eva.

—Está bien, Eva, no te preocupes. Ya sé que es... la primera vez, pero deja de preocuparte, porque vas bien. Además, has parado muy pronto y ahora quiero que sigas...

Las manos de Judith se deslizan por la piel de Eva, recorriendo su vientre, lentamente. Se muerde los labios mientras la respiración de Eva se vuelve más inquieta y sus ojos se centran en los dedos de ella.

Eva se incorpora y vuelve a colocarse encima de Judith.

—Vale, sigo.

Y sus manos vuelven a recorrer el cuerpo de Judith, aún despacio, aunque más rápido que antes, y sus boca deambula por entre su pecho y su cuello, y entonces Eva sonríe y lleva sus dedos a los muslos de la chica, que se estremece. Despacio, las yemas de los dedos de Eva se deslizan por la piel de gallina de Judith, cerca de sus ingles.

Judith toma aire y

—¡Judith! —grita una voz desde fuera de la habitación.

—¡Es mi hermano! —susurra ella, asustada, y empuja a Eva de encima de su cintura— ¡Corre, vístete! ¡Vete!

—¿Por qué? ¿No puede saber que estoy aquí?

—¡No saben que estoy con chicas! Además, se supone que no podía quedar con nadie. ¡Márchate, corre!

Eva se pone la ropa interior, deprisa, se sube los vaqueros y mete los pies en las zapatillas, con los calcetines y la camiseta en la mano, y sin atarse los cordones.

—Judith, ¿estás en casa? —grita el hermano.

—¡Sí! ¡Sí, estoy en mi cuarto, espera! —grita Judith. Y después vuelve a susurrar— ¡Vete!

Eva pone un pie en el marco de la ventana y se impulsa hacia arriba para salir. Desde el alféizar de la ventana, se dirige a Judith, con una media sonrisa asomándosele a la boca.

—La próxima vez, espero que no me eches. O me vengaré.

Judith sonríe desde su cama, subiéndose los pantalones, y le saca a Eva la lengua mientras ella cierra la ventana. Cuando Judith está terminando de ponerse la camiseta, Eva da unos golpes en el cristal de la ventana y se pasa el antebrazo por la boca, después señala a Judith. Esta entiende lo que Eva quiere decir y se limpia el pintalabios corrido de la cara.

Una vez fuera de la casa, Eva se pone la camiseta y corre un poco más lejos. Cruza la carretera y se sienta a los pies de un árbol. Se quita las zapatillas y se pone los calcetines, después se vuelve a poner las zapatillas, esta vez atándose los cordones. Se levanta, se sacude los vaqueros y se marcha.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 11, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Polvo de estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora