Deep inside ✦ hunhan.

Parte I; down

El cielo grisáceo a través de la ventana anunciaba una lluvia silenciosa, la gente caminando con más rapidez por las calles para poder llegar a sus casas y no tener que mojarse.

Sonreí sin pensarlo, los dedos del hombre detrás de mí aferrándose suavemente a mis costillas.

— ¿Por qué en cada encuentro que tenemos te noto más delgado? —movió su pelvis hacia atrás y adelante, embistiéndome con fuerza—Sabes que me gusta poder tocar carne, no huesos.

Gemí cuando volvió a embestirme, esta vez golpeando mi punto dulce y bajando sus manos por mi cintura hasta mis caderas.

—Es el estrés de los exámenes finales —jodido mentiroso—. Luego recuperaré todo el peso que he perdido.

—Espero así sea, Hannie —susurró en mi oreja, pegando su pecho a mi espalda mientras seguía moviéndose rítmicamente—, porque sabes que no me cuesta buscar a alguien que me dé lo que realmente quiero.

¿Por qué eres así? Siempre era la pregunta que rondaba en mi mente estando cerca de ti, cuestionándome hasta las teorías del universo por obtener una simple respuesta a esa interrogante.

—No entiendo como sigues siendo tan malditamente estrecho si eres un puto más.

Me inclinó hacia adelante y comenzó a darme con más fuerza, yo simplemente poniendo mi rostro de lado sobre la almohada y gimiendo en voz alta mientras seguía contemplando el cielo a través de la ventana.

El éxtasis me nubló la visión y de pronto ya me estaba corriendo sobre las sábanas blancas, Sehun haciendo lo mismo en mi interior.

Varios minutos pasaron antes de que sacara su pene de mí y se recostara a mi lado, apoyando su cabeza en sus antebrazos y mandándome miradas de reojo nada disimuladas.

Cansado y con el culo adolorido, decidí ignorarlo y perderme en lo gris, divisando casi con extraña alegría como imperceptibles gotitas comenzaba a caer.

La lluvia había comenzado, señal de que debía partir.

Aguantándome las quejas de dolor, me senté como pude en la cama y alcancé mi uniforme, rápidamente visitándome y calzando mis zapatos.

— ¿Por qué mientes?

—No sé a qué te refieres.

Me levanté lentamente de la cama y alcancé mi suéter unos metros más allá.

—El instituto no te tiene así —le di una mirada rápida y limpié con sutileza el hilito de sangre que amenazaba con caer de mi nariz—. Es ese jodido novio tuyo y tus malditos trastornos.

—No tengo trastornos —alisé mi ropa y fui por mi abrigo— y Jongin no es jodido.

—Habla con tu madre. Ella entiende esas mierdas de locos.

Alcancé mi morral y me acerqué a su lado de la cama, la melancolía estrujando mi corazón hasta hacerlo cenizas.

—No hablaré con mamá porque simplemente no tengo nada que hablar con ella —me incliné y dejé un frío beso en su mejilla. Sehun me miraba fijo en todo momento—. ¿Nos vemos a la hora de cenar?

—No, tenemos planes para esta noche fuera de casa.

¿Por qué eres así? Escondí toda emoción de mi rostro y asentí quedamente, girando sobre mis talones y dirigiéndome a paso seguro hacia la puerta de la habitación de hotel.