-¿Bailamos? - me dice después de limpiarse.-Me encantaria- le cojo la mano y vamos hacia donde esta la pista de baile.
Empezamos a bailar y poco a poco la gente se va animando. En unos minutos la pista que habían montado en el jardín estaba llena y, sinceramente, a mí no me gustaba. Todos pegados, con calor, sudor, alientos en la coronilla,........h-o-r-r-i-b-l-e. Además la música empezaba a ser del tipo reggaeton. No tengo nada en contra de esa música, solo que suele ser, para mi gusto, muy pegada. Así que poco a poco, tal como vino la gente, me fui yo. Me dirigía a Emma cuando Johnny, un chico de mi clase, se puso en medio de mi camino.
-Oye, siento mucho que te vayas. Cuando quieras puedes venirte a mi casa y hablamos un rato. Ohhh...lo que tú quieras-me guiña un ojo. Lo que me faltaba, que este se me ponga a ligar.
-Sí, bueno muchas gracias por tu......¿ofrecimiento?- lo esquivo y voy hacia Meghan, que está en una esquina, para alejarme lo más posible de él. Pero él me agarra del hombro y acerca su boca a mi oído.
- Lo digo enserio guapa. Si no quieres que nadie lo sepa no te preocupes puedo guardar el secreto- me guiña un ojo y no puedo evitar ponerle una cara de asco tal que él se ríe al verme. Increíble, ¿este que se cree?
- Ni en mil años haría eso contigo, chulo- se ríe más y me suelta el hombro.
-Me gusta tu carácter.
-¿Y a mí que me importa eso?- empiezo a andar y lo dejo allí parado seguramente mirándome.
-¿Qué quieres Ley?- Meghan se cruza de brazos y arruga la nariz.
-¿Verte? Venga, vamos a bailar.
-Ni hablar. No me gusta bailar y a ti te agobia tanta gente. Así que no creo que sea conveniente- cuando tiene razón no se puede decir que no.
-Es verdad- miro hacia el cielo que empieza a escurecerse.- Pero se trata de hacer cosas nuevas, disfrutar. ¿Cuándo vamos a tener una oportunidad como esta para divertirnos? - empieza a pensar mirando a la nada y sonríe amargamente.- Esa es mi chica. Venga, vamos a pasarlo bien mamita- corro con ella a la pista y nos ponemos a bailar. Me estoy mareando.
-¡Leyna, vente! ¡Vamos a sacar unos aperitivos!- me dice la señora Collins gritando para que la escuche.
-¡Voy!- salvada por la campana.
Salí hacia la casa y entre siguiendo los pasos de la señora Collins. Al entra a la salita la vi en la cocina rebuscando en la lacena algo nerviosa. Ande hacia allí y empecé a sacar varios recipientes del mueble y dejándolos en la isla que había en medio de la cocina.
-Ley- rápidamente me di la vuelta y vi a la señora Collins mirándome fijamente. Esta muy seria. Debe de ocurrir algo.
- ¿Si señora Collins?
- Ya te he dicho muchas veces que me llames Fiona - se acerca a mí lentamente- Se que para tí es muy importante tu hermano y tu tío. Estar con ellos después de tanto tiempo. Pero quería que supieras que siempre que quieras aquí nos tienes, y....- los ojos se le llenaron de lágrimas.
- No se preocupe la llamaremos siempre que podamos, Fiona. Para nosotras ha sido como una madre- se frota los ojos y sonrió triste.
-Siempre tan educada- dice mientras me acariciaba la mejilla con dulzura. Mis ojos me advertían que las lágrimas saldrían de un momento a otro. La abracé fuertemente y me limpié las lágrimas.- Te quiero mucho Ley. A ti y a tu hermana. No lo olvides nunca, ¿vale?- me separé de ella y aseguré con la cabeza- Bueno vamos a sacar los aperitivos antes de que nos linchen por la comida.
Sacamos las cosas y las colocamos en los recipientes que anteriormente había sacado del mueble. Rápidamente salí de allí y puse los aperitivos en una mesa que estaba al lado de la música. No queria estar allí con Fiona tan sensible. Se que suena insensible pero no me gusta mucho expresar mis sentimientos a los demás. Miré a todos lados y me dispuse a ir hacia donde estaba Emma con Meghan antes de que una muchedumbre de gente fuera a zamparse los aperitivos de la mesa.
-¿Qué tal chicas? ¿Ocurre algo?- las dos se miran y Meghan asegura con la cabeza a Emma. Me temo lo peor.
-Estaba hablando con Meghan de la gran idea que he tenido y lo buena amiga que soy- reí levemente por aquella afirmación. Lo serías si no te hubieras olvidado de mi sabor favorito el otro día.Y sin esperarlo, mientras estaba en mis pensamientos, alguien me tapó la boca y me pegó contra su cuerpo. Un chico. Me empecé a retorcer en sus brazos consiguiendo poco a poco darme media vuelta para ver quien era. Al verle no pude reaccionar de la sorpresa. Oh dios mio. Esto es un sueño. No puede ser realidad.
-¿Qué tal está mi preciosa Ley?- me soltó y no pude evitar quedarme mirándole de arriba a bajo con la boca abierta. Era increíble que estuviera allí, junto a mí.
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¿Sueñas conmigo?
Novela Juvenil-No aguantaré más-dijo llorando mientras se alejaba poco a poco de él. -Lo solucionaremos juntos. Te lo prometo- extendió la mano para que la cogiera. -No lo entiendes, esto me supera. Nunca pude pensar que llegaría a esto. -Esas palabras no procede...