Nash Grier. // Español.

Prólogo.

Greensboro, Carolina del Norte, Estados Unidos / 7:30 a.m

-¡Vamos Sarah, o llegarás tarde!

Gruño por tercera vez al escuchar las voces de mi madre anunciando la hora de prepararme. Deseo con  todas mis fuerzas retroceder el reloj para poder dormir tan solo un poquito más. Pero no. Me levanto sin apenas haberme desvelado un poco, con la esperanza de hacerlo pronto. Cuando me dispongo a salir de mi habitación, la puerta de esta se abre, y aparece mi madre. Por su expresión en la cara, puedo notar que está bastante enfadada.

-Tienes que estar preparada en media hora-anuncia cruzando los brazos-como no te de prisa vas a tener que ir andando, tu padre se va ya.

Pongo los ojos en blanco y me dirijo al baño. Cuando me miro al espejo me arrepiento al instante de haberlo hecho. La ojeras me llegan hasta la barbilla, y mis pelos hoy amenazan con estar mal. Y esto es lo que tiene ver Teen Wolf hasta las cuatro de la mañana. Y yo sin mis diez horas de sueño, no soy persona.

Vuelvo a mi cuarto a por mi ropa, gracias a dios ayer tuve la magnífica idea de dejarla preparada antes de acostarme, para así no entretenerme hoy. Me visto rápidamente y vuelvo al baño para lavarme los dientes, peinarme y maquillarme un poco.

Cuando ya estoy lista, cojo mi mochila, la cual va hoy llenísima de libros, y bajo para desayunar. Por suerte mi padre esta desayunando todavía, así que no hay problema.

-Que guapa estas hoy, cielo-dice mi padre dándome un beso en la frente.

Hago un gesto con la mano quitándole importancia a su comentario y el se ríe.

-Mamá, ¿qué hay para desayunar?

-Cereales, tus favoritos-dice sonriendo. Le devuelvo la sonrisa y devoro los cereales a toda prisa.

-Vamos Sarah, tenemos que irnos-anuncia mi padre poniéndose su chaqueta.

-Sí, vamos-le imito y después de despedirnos de mamá salimos.

Hoy va a ser un buen día.