A la mar me eché

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 « A la mar fui por naranjas,

(cosa que el mar no tiene)...

metí la mano en el agua;

la esperanza me mantiene.»

Alcornoque nato del pacífico

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Alcornoque nato del pacífico

allá en la montaña del cafetal,

con la pereza propia de la flora

obligado se vio a desarraigar.


Ese alcornoque que 

a la mar se echó sin rechistar,

para ver si algún día pudiera 

verse convertido en azahar.


A temprana edad  transladado

a nuevo entorno subtropical; 

lento proceso de adaptación

donde casi sin vida pudo quedar,

pues a orillas de la costa 

sembrado se halla

y obligado está a beber

la ensalitrada agua de mar.

Bajo el majestuoso sol 

de este eterno verano

y con la sed de un cactus,

brotan hojas teñidas de blanco


Ahora sólo falta paciencia

y ver al fruto madurar

Con los años, gruesa corteza,

con los meses, menos amigos,

con los días, nuevas vivencias,

con el hoy, muchas más ganas.

El árbol con canas

ese que quería ser naranjo

a la espera se halla de su fruto,

de esas naranjas de mar.

Elegía muerta de hambre

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Elegía muerta de hambre

es la que canto aquí padre

pues a pesar del translado

el alcornoque que quería ser naranjo

aquí vivo está

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