Estoy emocionada, hace dos semanas que he estado esperando por empezar clases, aunque no han sido días tediosos porque recién me vine a esta ciudad, que temáticamente hablando es mucho mejor, más grande, más ordenada, y no sé si es por mi emoción, pero hasta la gente la siento mucho mejor.
Hoy después de almuerzo tengo mi primera clase, y no me hallo de la emoción porque sé que serán cosas nuevas, todo lo que he estado necesitando este tiempo. Si no salía de la monotonía en la que estaba, seguramente me terminaría cortando las muñecas con alguna canción de Taylor Swift de fondo.
Donde vivía antes, no puedo decir que todo era malo, estaría siendo desagradecida, y eso tampoco es así, allá reposan hasta el momento mis mejores experiencias sexuales. Es imposible no reírme como demente solo al recordarlo, perder la virginidad fue un episodio más que doloroso, muy gracioso...
Suena el timbre de mi apartamento interrumpiendo el estado somnoliento en el que me encuentro recordando mi graciosa y deliciosa primera experiencia sexual.
Abro la puerta dando brinquitos a lo directioner puberta en concierto por primera vez.
-Buenos días, vecina.
Me dice dejando escapar una media sonrisa de su perfecta y rosada boca. Definitivamente con él podría volver a tener una primera experiencia sexual, total hace meses que no me come ni el oxido.
-¿Buenos días? -No sé si estoy confundida por su belleza o porque no sé qué mierda quiere un perfecto hombre de 1.85 de estatura en la puerta de mi nuevo apartamento. -Lo siento, ¿puedo ayudarte en algo?
-Eh, si... sé que es extraño que llame a tu puerta cuando nunca hemos tratado con anterioridad. Pero en el apartamento de al lado no hallé respuesta. ¿Tu cable funciona correctamente?
-No te sabría decir, no he encendido la televisión hoy. -No podía dejar de ver sus enormes ojos verdes y cejas pobladas, ¿este chico era real o yo necesitaba sexo con urgencia? -dame un momento reviso.
-No te preocupés, yo espero.
Madre mía, su acento definitivamente es diferente, ¿qué me pasa? Mi televisor tampoco funciona, está en ceros de señal. Definitivamente hay problemas.
-Hola -le digo con cara de manzana- definitivamente no, no funciona. ¿Por qué no llamas a la administración?, quizá es un daño general en todo el edificio, o en nuestro nivel.
-Lo haré... lamento haberte pues incomodado, que tengás linda mañana.
¿Linda mañana? Lindo tu trasero mi cielo, eso es otro nivel de volume y belleza, yo arriesgandome parecería la hermana perdida de Taylor Swift, es más, creo que ella tiene más trasero que yo... a veces suelo exagerar un poco.
-¿Ya te vas? Digo, podrías llamar al apartamento del frente, como para no generalizar tanto, ¿no crees?
-Con vos es suficiente; mejor voy a llamar a la administración.
¿Qué? El efecto tomate se apodera de mi, eso no puede ser real, él no puede ser real, yo definitivamente soy real, o sea soy muy común, él no, él es mi versión criolla de Jamie Dornan y necesito que me azote como en Fifty Shades of Grey. Dios mío, estoy urgida.
-Ah, eh... ¡claro!, que tengas también buen día.
Espero no haber sido muy obvia, este hombre es casi perfecto, solo le falta que me cante canciones de Ed Sheeran, estaría literalmente muerta de amor y dando vueltas en el piso por él.
***
Mierda, he estado pensando el resto de día en ese hermoso chico, del que ni siquiera sé el nombre y me tiene como idiota ida, imaginándome junto a él en un vídeo musical de Amaia Montero o Pablo Alborán, tanto que ni en cuenta he caído que debo estar en el instituto en menos de 1 hora.
A como pude me bañé (sin calentar el agua, de lo contrario no salgo nunca del baño), me puse un jean tipo boyfriend, un t-shirt blanco, convers balncos y una chaquetilla de cuerina, espero estar al menos presentable para mi primer día de clases, aunque hay que ver nada más cómo voy peinada, mejor dicho despeinada, un royito de popo me adorna la coronilla de la cabeza. Sin gota de maquillaje y ni modo de maquillarme en el transporte rápido porque a esta hora está todo lleno y hasta de pie me toca.
Este lugar es hermoso, si, son solo cinco edificios, pero tiene zonas verdes muy lindas.
-Buenas tardes señorita. -me detiene el vigilante -¿hacia dónde se dirige?
-Ah, tengo clase de 2:00 pm, y son las 2:10, creo que voy algo tarde -era obvio ¿no?.
-Que pena joven, ingrese.
Gracias dahhh.... mierda.
-¡Disculpa!, ¿cómo ingreso con estas barras obstaculizando el paso?
-Dezlice su carnet estudiantil sobre la pantalla lectora con el código de barras de frente a la luz verde.
¿Qué? ¿Cuál carnet?
-Oh, mira yo soy de primer semestre, aún no tengo mi carnet. ¿podrías colaborarme?
-Normalmente se les notifica por correo electrónico con anticipación que deben acercarse por su respectivo carnet para evitar esto.
No tuve tiempo de bañarme bien, mucho menos de revisar el correo.
-Entiendo, pero ¿por ahora usted puede hacer algo para que yo pueda ingresar?
-Si, pero espero que mañana no tengamos el mismo inconveniente, así que le recomiendo que después de su clase se dirija al consejo superior estudiantil o a su facultad y reclame su carnet.
-Se lo juro que lo haré, muchas gracias.
El vigilante super atento desliza su carnet sobre la pantallita y automáticamente la barra de metal que me impedía el paso se hace a un lado. Que bonito todo, me siento estúpida ante tanta tecnología, se nota que no salía de mi casa en la otra ciudad.
He recorrido este edificio como tres veces y no encuentro el puto salón, ¿es eso normal en todos los de primer semestre o solo me pasa a mi?... re estúpida, tengo el salón en frente de mi.
-Buenos días
Todos se me quedan viendo como si de un espanto se tratara, aunque hay que ver cómo me vine vestida, peinada y maquillada.
-Buenos días jovencita, ¿en qué puedo ayudarla?
Un señor alto de edad promedio, ojos cafés y cabello negro se me queda viendo fijamente mientras espera respuesta.
-Ah, claro, es que creo que tengo clases aquí.
-Nadie entra 15 minutos después de haber iniciado.
-Realmente lo siento profesor, me han pasado mil cosas hoy y la verd...
-A todos nos pasan mil cosas todos los días señorita. -me dice interrumpiendo mi explicación. -nos vemos la proxima clase.
Siento como si el mundo se me viniera encima, esto no me puede estar pasando, voy a romper en llanto.
ESTÁS LEYENDO
Los triángulos de Julia
RandomJulia es una joven que, cansada de la monotonía de su diario vivir decide cambiar de ciudad y estilo de vida para liberarse de su absurdo aburrimiento y la estupidez de sus exnovios, lo que no sabía es que el destino le depararía relaciones aún más...