Profundo

Los mitos se crean de verdades

-¡Hey! Ya estas mejor – dice Alex mientras se acerca a la camilla en la que estoy, él lleva unos vaqueros de color negro, tenis de ese mismo color y una camisa magenta con los puños doblados hasta la mitad de su ante brazo, aun en estas circunstancias se ve muy atractivo con su cabello negro, ojos avellana y piel clara.

Mi pierna ya se encuentra bien, la enfermera solo roció un poco de Regenerador y mi pierna sano de inmediato, pero aun recomendó que guarde un poco más de reposo porque aunque el rociador es muy potente tiene un efecto secundario que es un poco de mareo.

-Bueno talvez hubiera sido mejor que no – digo mientras me levanto y me siento al borde de la camilla para poder ver a Alex quien se sienta en la camilla de enfrente.

-¿Por qué dices eso? – me pregunta con el ceño fruncido.

-Porque casi hago que nos maten a todos y estoy segura que mi padre ya se enteró y debe de estar furioso – digo mientras bajo la mirada y observo los tenis negros de Alex.

-Escucha Cristhel, estoy seguro que a tu padre le interesa mucho más que tú estés viva, a que la operación fuera exitosa – dice y me toma las manos.

-Lo sé, pero lo decepcioné ahora todos van a decirle que su hija no sirve para nada – murmuro viéndolo directamente a los ojos.

-Desde cuando te importa lo que digan los demás – dice sonriéndome.

-Se me olvidaba que me conoces tan bien, pero no creo que hayas venido aquí para consolarme ¿cierto? – digo con un media sonrisa, quiero sonreír pero la culpa no lo permite.

-No, pero me dio gusto hacerlo, ya sabes eso es lo que hacen los amigos – dice mientras me suelta las manos y se pone de pie.

-¿Entonces que querías decirme? – pregunto y retrocedo para volverme a recostar en la camilla.

-Parece que los rebelde ya no solo ocupan el territorio de Eurasia – dice cruzando los brazos sobre su pecho y con algo de furia en su voz.

-No pueden hacerlo, los únicos suelos fértiles están ahí – contesto moviendo la cabeza, aun sin poder asimilarlo.

-Parece que van a transportar la comida al igual que el agua a sus nuevas sedes – dice con el ceño fruncido.

-No les basta con que sus padres o los padres de sus padres destruyeran este planeta y nos echarán de aquí, ahora quieren ¿Qué? No lo entiendo – digo sintiendo como la ira burbujea por mi sangre.

-Eso es lo que tenemos que averiguar, tus padres organizaron una reunión para esta noche ¿Crees que vas a estar bien para entonces? – dice y veo que su rostro ya está relajado.

-Si solo necesito un poco de ropa, podrías decirle a Emily que me la traiga – contesto pasándome las manos por mi cabello.

-Claro, también deberías darte una baño – dice sujetándose el tabique de la nariz, riéndose a carcajadas.

-¡Tonto! –digo y le lanzo una almohada que el esquiva con un movimiento rápido. Y sale corriendo de la enfermería riéndose como psicópata.

-¡DE QUE SALGA DE AQUÍ VOY A GOLPEARTE ME ESCUCHASTE! – digo gritándole lo más fuerte que puedo.

-Espero que no me lo estés diciendo a mí – dice Daniel asomándose por la puerta de la enfermería que Alex dejo abierta cuando salió corriendo.

-Claro que no, se lo decía a Alex – digo sonriéndole y es que Daniel transmite tanta tranquilidad que es fácil olvidar los problemas y sonreír.