|15|

445 31 1
                                    

Daria Macri

A la mañana siguiente, bebí un poco y me fui de ahí corriendo. Pase un gran largo rato, hasta que me detuve al escuchar que alguien se acercaba. Mire hacía los arbustos, mi cuerpo estaba completamente tenso, pero estaba preparada para atacar a quien fuera que estuviera acechándome.

Gruñí, estaba a punto de abalanzarme pero salieron mis padres de ese arbusto. Ahora si que estaba en problemas.

¿Papá? ¿Mamá?

Claro cariño, ¿quién más podría ser?

Pregunto mi padre con seriedad, eso solo significaba que si que estaba castigada, ya que mi padre no se tomaba en serio los castigos, aunque creo que ahora si lo haría después de haberme ido sin haber avisado primero.

¿Qué es lo que hacen aquí?

Venimos a buscarte, además de que has preferido hacer las cosas por tu cuenta.

Dijo mi madre con molestia. En definitiva estaba castigada.

Lo lamento, solo quería ver por donde empezaría, pero seguí adelante después de todo.

Dije avergonzada. Mis padres se miraron entre ellos para luego asentir.

Solo no discutiremos ahora, hablaremos de esto luego, ahora... dinos ¿estás mal o porque quieres ir a esa ciudad?

Mire hacía donde me estaba indicando, me sentí muy feliz al saber que ya habíamos llegado, ahora solo faltaba encontrar a la madre.

Una mamá osa me ha dicho sobre este lugar y mi olfato no me falla, aquí esta la mamá del niño.

Bien, vamos.

Pasamos máximo como dos horas caminando hasta por fin llegar a la ciudad, mi madre nos hizo ocultarnos en un arbusto, prometió volver con ropa para nosotros, así que tuvimos que quedarnos a esperarla.

¿Crees que la podamos encontrar?

Claro, con nuestros poderes paranormales, será pan comido.

Recuerda que yo aún no soy como ustedes y soy la única que tengo su olor en mi nariz.

Cariño, dejaste el chaleco tirado, tu madre y yo lo encontramos y ahora tenemos ese olor impregnado en las narices.

Bueno, entonces si creo que la podamos encontrar, con mi madre todo saldrá bien, ella es única.

Oye, yo también soy especial, que tu madre sea mucho mejor que yo, no significa que no sea útil.

Quería reír pero lo único que podía hacer era comenzar a juguetear con mi padre, era lo bueno de ser lobo, que podías andar como si nada en el bosque, jugando con tu familia, ahora comprendía porque algunos lobos les gustaba andar en manada.

Martha - Haber muchachos, ya he traído la ropa - Mi padre y yo dejamos de jugar para poder voltear a mi madre - Primero serás tú - Me miro mi madre - Vete al baño, hay uno por aquí cerca, me he ido a ver y no hay nadie, puedes ir sin ningún problema - Asentí. Tome la ropa entre mis dientes y me fui directo al baño.

Me transforme en humana y me coloque la ropa que mi madre me había conseguido. Me mire al espejo y me sorprendí al ver orejas y el cabello despeinado, parecía una completa vagabunda. Comencé a peinarme con mis propios dedos y moje mi cabello. Lave mi cara para luego salir de ahí, necesitaba unos retoques pero no tenía mi maquillaje en la mano.

Salí del baño y ya mis padre estaban listos para comenzar con nuestra búsqueda. Mi madre me miro con sorpresa, se acerco a mi y comenzó a acariciar mi rostro.

Fui una investigación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora