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Paso una semana y Zayn no voltea a verme, ni siquiera de reojo, así que decidí irme con los chicos que eran de mi misma especie, al menos ellos no me hacían a un lado como él y Camila hacían, no sé si Zayn le haya contado lo que paso a Camila, pues ella hasta me fulmina con la mirada cada que me ve cerca de ellos. Me sentía bastante mal, la relación con mis padres no iba para nada bien, pues mi  madre ya ni me dirigía la palabra y mi padre me regañaba cada cinco minutos cada que hacía algo mal. Que gran vida ¿no creen?.

Entre a mi siguiente clase, pero el profesor aún no llegaba y yo ya estaba que me orinaba, así que decidí levantarme y salir directo al baño, además de que me sentía incómoda estar en el mismo lugar que Camila, ella no paraba de observarme y yo ya estaba siendo intimidada.

Entre al baño de chicas, hice mis necesidades para luego salir y lavarme la cara. Solté todo el aire que mis pulmones tenían contenido. Me mire al espejo, me veía bastante mal, tenía unas ojeras horribles y mi rostro estaba completamente pálido.

No tenía ganas de nada, así que ¿qué importaba que me faltara una clase más?, al fin y al cabo ya no importaban mis estudios cuando toda mi vida sería una mujer lobo, además de que pasaré unos cuantos años siendo un animal feroz. En cuanto salí del baño, me fui directo al salón, tome mis cosas y salí de ahí, no esperaría un segundo más ahí con Camila observándome.

Entre al lugar en donde me ocultaba, ya tenía demasiado que no venía aquí, se sentía demasiado bien volver aquí, después de todo... este lugar era mi único refugio. Deje mi mochila en el suelo, saque papel y un lápiz, tome la silla y me senté para luego ponerme a dibujar.

Pasaron las horas, cuando termine de hacer todos mis dibujos, me sentí mejor... esto era lo que necesitaba, un tiempo a solas. Guarde mis cosas, colgué mi mochila sobre mi hombro y salí de ahí. Saque mi celular y noté que tenía varias llamadas perdidas. Mi corazón se acelero y mi mano comenzó a temblar, mis ojos se llenaron de lágrimas... Todas esas llamadas provenían de Zayn.

Baje corriendo las escaleras y comencé a buscarlo por los pasillos de la escuela, si me llamo varias veces a mi celular es por algo, solo esperaba que fuera todo lo que estaba pasando por mi mente, una pequeña llama de esperanza estaba encendida, aunque temía demasiado que se extinguiera tarde o temprano.

Zayn - Daria - Detuve mis piernas en cuanto lo escuche, trague saliva con nerviosismo... Tenía demasiado miedo de girarme y ver su mirada, ¿qué tal si él seguía odiándome? quizás solo me llamaba para recordarme que era una completa idiota por dejarlo aquí solo y yo me tenga que marchar - Daria - Volvió a llamarme, así que me gire sobre mis talones con lentitud. En cuanto estaba cara a cara con él, no levanté la mirada. Tenía demasiado miedo - ¿Cómo estas?

Daria - Bien - Dije en un susurro - ¿Y tú?

Zayn - También... - Suspiro - ¿Podemos hablar? - Yo simplemente asentí - Aquí no, ven, sígueme.

Zayn me llevo con él hacía nuestro lugar privado, él le puso pestillo a la puerta, pero antes de eso se aseguro que nadie nos hubiera seguido hasta aquí. Suspire y me senté en mi silla para luego jugar con mis dedos, estaba nerviosa, ni siquiera sabía que decir, mi mente estaba en blanco y eso me avergonzaba demasiado.

Zayn - Bien - Suspiro. Tomo una silla que se encontraba cerca para luego sentarse en frente de mi - Sé que te irás en tres meses y bueno, recuerdo a la perfección lo que me dijiste en mi casa. Lamento mucho haberte tratado de esa manera, pero de verdad que me hirió demasiado - Hice una mueca sin siquiera mirarlo - ¿No piensas decir nada?

Daria - Lo siento... - Dije en un susurro - Es solo que estoy nerviosa y no sé que decir, simplemente estoy muy apenada por lo que paso en tu casa, de verdad lo siento Zayn, no era mi intención herirte.

Fui una investigación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora