Por la tarde, fui a ver a mi hermana, su nombre es Marcel, ella es hermosa en todo sentido.
Su cabello rosa estaba sujeto con una liga negra, dejando ver sus tatuajes en el cuello.
Hola, oveja negra-le dije, casi gritando.
Hola, pequeña -gritó.
De uno de los autos que estaban en el estacionamiento, salieron Carl y Mollie, amigos de Marcel, con tatuajes recién retocados.
Hola-gritó Carl.
Mierda-pensé.
Carl es mi crush/amigo/enemigo, lo conozco desde que tengo diez años, sus ojos cafés se pierden en su ondulado cabello negro.
Hola-dije, algo nerviosa.
Hola, mini Marcel-dijo él.
Mollie pasó de mí, ella es hermana de Carl, me odia porque en primaria mojé su libro "intencionalmente".
Vámonos-dijo Marcel, molesta.
¿Por qué?-dijo Carl.
Camil tiene cosas que hacer con Emma-dijo, mi hermana.
Sé que Marcel no está de acuerdo con que Mollie esté cerca mío pero ella está tan llena de secretos.
Acto seguido a lo dicho de la borde de mi hermana, me cogió de la muñeca y me llevó hasta su naranja Veloster.
El camino fue largo pero finalmente llegamos a la residencia.
Adiós-dijo.
Adiós-dije.
Ántes de salir del auto me entregó una carta, algo raro en ella.
¿Esto?-pregunté.
Leelo cuando estés arriba, leelo con Emma-dijo, y arrancó.
... ... ...
Eso es raro de tu hermana, ¿No?-gritó desde el baño.
Sí, demasiado Emm-respondí
Mueve tus gordas caderas, leeremos esa cosa ya-ordenó Emma.
¡Ya!. Que desesperada eres-dije, para molestarla.
Abrimos la carta y decía:
«Queridas Camil y Emma. He decidido volver a Australia para terminar el lío de los frikis de sus amigos, volveré en seis meses, espero para ese entonces, Camil, que tomes las cosas serias y Emma, ¡YA PINTATE EL CABELLO!
Las quiero en el fondo de mi sujetador, Marcel».
Oh, vaya-dijimos al unisono.
Estábamos muy cansadas después de sentir tantas emociones así que decidimos dormir.
Ha sido un día largo, pero tan corto a la vez.