De Vida En Vida

Hasta Luego Y Adios

Fue mi dedición, mi acto, mi pecado, pecado, acto en contra de las enseñansas de Dios y la iglesia... Este me acompañaría en mi sendero, en mi vida, sería mio, mi problema, mi dilema, mi castigo.

Llegue a casa, mi madre preocupada se acerca, pues ya ha visto las heridas del combate, no digo la verdad, caerme de cara fue convincente para ella, sus ojos me decían su ancia de lo sucedido, y ella no merecia eso, sería un dolor que no va en ese corazon, me despido, pues ire a mendigar un rato a la calle, su sonrisa es sincera, como si dijiera, "ve con Dios Leonard, que no te abandone"... Lamentablemente, debia pagar mi pecado.

Termino la hora pico, me fue bien ese dia, el sol estaba resplandeciente y las brisas de aire frias, era agradable el ambiente, un agradable dia, y una horrible vista... Mi corazon palpitaba como loco, era en un policia, la atención de mis ojos, tenía en la mano un cartel, era mi cara la que se encontraba ahí, me fue obvio el pensar que hubo testigos, corrí rapidamente a casa, en el transcurso solo lo peor rondaba en mi cabeza, ¿qué hacer?, ¿qué demonios debo hacer?, me preocupaban mucho mis amigos, y ¿si son detenidos?, ¿qué pasara con ellos?, aun peor... Mi madre, ¿qué le harán a mi madre?, no podia permitirmelo, ellos no hicieron nada.

Llegue a casa y a quien vi primero fue a mi amigo Raul, le tomo poco el saludarme y yo ya lo tomaba de los hombros gritando que corriera y se llevara a todos, de seguro mis ojos lograron hacer que entendiera, pues rapidamente corrio hacia ellos. Seguí adelante, me encontre con mi madre, me tomo entre sus brazos dulcemente, pude descansar un poco, de sus ojos salían lagrimas y brotaban en sus mejillas... "corre hijo mío, ve y vive", fueron dichas palabras, las que hicieron que salieran de mis ojos lagrimas, mire su cara, era su sonrisa la que me mostraba, pero, no podía permitirmelo, yo decia no, pero mi interior decia corre idiota...

" Hasta luego madre"... fue acompañada de una gran sonrisa estas palabras , "adios" decia debilmente mi voz triste, mientras de sus brasos me alejaba y su sonrisa olvidaba, "adios", pues hasta yo sabia, que a mi madre debía olvidar...