No me detuve hasta llegar al otro lado de la pared y cuando llegue quedé sorprendido.
Nunca había visto este lugar o algo parecido.
Casas, pequeñas, la mayoría de madera y como techo láminas.
Mi casa y por donde vivo, todo a mi alrededor son casas de ladrillo, grandes y bien hechas, muy caras, todo es diferente aquí e incluso las personas.
Todos se veían alegres, incluso viviendo así, parecen, felices, pero de la verdadera felicidad.Me levante ya que había atravesado el agujero gateando y mientras sacudía mi ropa vi a varios niños al rededor de mi. Sus miradas eran de curiosidad y alegría, intentaba entender que sucedía.
-Es primera vez que ven a alguien como tú -cabello castaño, sonrisa como ninguna otra, demasiado delgado y humildes ropas, un poco más alto que yo y probablemente no más de dos años mayor.
-¿alguien como yo?
-Si -me señaló con la cabeza- solo mira tu ropa y la de las personas aquíEstaba confundido, pero entendía.
-Nunca había estado en este lugar, ni siquiera sabía que existía
-Nadie, solo los que vivimos aquí, los pobres, gente como tú, que son de dinero, no podrían ni vernos - lo mire curioso, preguntándome porque y al parecer entendió, mirándome con una sonrisa, pequeña sonrisa- solo mira nos, mira a tu alrededor
-Yo no haría eso, todos somos iguales -tristeza, rabia, enojo, vergüenza, eso y más es lo que sentía ¿cómo puede ser así la gente?- esto no debería ser así-Taehyung, Kim Taehyung, ese es mi nombre -me miraba con una sonrisa que hacía a sus ojos pequeños. Levantó su mano para estrechar la con la mía, y la acepté-
-Jeon Jungkook, mucho gusto en conocerte, Taehyung-El gusto es mío -me quede como tonto observándolo, su sonrisa era muy linda y el dueño también. Escuche sonar mi celular y vi que tenía un mensaje de mi hermano, Jin.
-Lo siento Tae, ¿puedo decirte así? -el solo asintió y yo le sonreí- me tengo que ir, pero volveré mañana, ¿esta bien eso, volver?
-Pienso que no hay ningún problema, aquí serás muy bien recibido
-Gracias, nos vemos -me despedí de él sin quitar mi sonrisa, el me transmitía calma, seguridad. Volví al agujero para regresar a casa, al lugar donde menos quisiera estar.