Troy's POV
Jamás había deseado tanto a una mujer.
Eso es algo que me encanta de Jane.
Sin necesidad de esforzarse, de tener que vestirse provocativa o coquetearme todo el tiempo me siento jodidamente atraído a ella. Tiene ese algo que no había encontrado en nadie más.
Recuerdo que antes que nos marcháramos de casa, papá nos dijo a Caleb y a mí que cuando encontráramos a una mujer con la que sintiéramos una conexión, que fuese como un imán nos atrajera hacia ella sólo con su presencia, que lucháramos por ella y no la dejáramos escapar, jamás.
Caleb encontró a Tiffany. Lo sé por como la observa. La contempla como si fuese su posesión más preciada... No, no posesión... Como un poeta admira a su musa.
Así me siento con Jane. Ella es mi musa.
-Te amo. - susurro al cortar por unos instantes el beso - No quiero perderte, amor. - confieso y la abrazo con fuerza.
Ella tarda unos segundo en responder, pero cuando lo hace, me lo devuelve con igual intensidad.
-Tampoco yo quiero perderte, cariño. - murmura contra mi pecho - No quiero que pienses que alguien más es competencia para ti. Estoy contigo. Soy completamente tuya, en cuerpo y alma.
Sus palabras me golpean con fuerza y sonrío.
-Gracias por traer luz a mi vida, princesa.
-Gracias por hacerme feliz, guapo.
En ese momento lo decido, adelantaré los planes que tenemos con Caleb. Entonces la beso.
La beso como si no hubiera mañana, la beso como si mi vida dependiera de ello. La beso como si fuera la primera y última vez que lo haré.
Escucho voz acariciando mi nombre, como la lengua de un amante que se mueve sobre la piel de su amor. La rodeo con los brazos y la sigo besando. La siento en la cama y me coloco entre sus piernas, mientras ella me enreda sus dedos en mi cabello y tratamos de quitarnos la ropa que nos separa. Una vez desnudos, la recuesto sobre la cama totalmente. Acaricio su cabello y le doy besos cortos en el cuello, haciendo que cada centímetro, cada poro, se ruborice ante mis atenciones. Bajo hacia su pecho y siento sus latidos aun calmados, y pareciera que me conecto a los latidos de su corazón, sobre todo cuando ahora que empiezan a acelerársele.
Las cosas han cambiado radicalmente desde que estamos juntos, recuerdo que en algunas ocasiones en que hacíamos el amor, al principio ella se mostraba un poco tímida, pero le insistía con toda la delicadeza que merece, susurrándole dulces palabras al oído. Jamás olvidaré esos pequeños momentos de intimidad. Fueron los primeros de los últimos que pienso tener jamás.
Mis manos descienden centímetro a centímetro, desde los hombros hacia sus preciosas y perfectas curvas, maravillándome de su receptividad. Sé que ningún hombre la ha tocado así antes. Y me atrevo a asegurarlo.
Subo nuevamente hacia su boca. Es un beso eléctrico, intenso y explosivo. Nuestras lenguas se mezclan y danzan juntas, desesperadas, como si no hubieran estado juntas antes.
Rompo el beso para cubrir la suave y tersa piel de Jane de besos ligeros como una pluma. Especialmente su precioso cuello. Se ruboriza como si fuera la primera, y trato de calmar esa repentina timidez a besos.
Pronto está lista para mí y, poco a poco, me adentro en ella. La sensación de estar en ella es increíble, satisfactoria, fantástica... En este momento no existe nadie más, sólo nosotros dos, unidos como uno solo. Ella es mi todo, sólo pienso en ella y en la admiración que me despierta, olvidando todo nuestro alrededor.

ESTÁS LEYENDO
Enamorada... ¿de él?© - (EDITANDO)
Lãng mạn"Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal" - Madre Teresa de Calcuta