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Y cuando amanecia de los diez hombres con los que intercabiaron saliva ninguno de ellos lograron salvarla. Y cada dia era igual o peor, una lucha perdida contra Dios. Condenadas a un final tragico a un principio eternamente oscuro. Ninguna de las dos conseguian sonreir, ellas ya estaban muertas. El LSD jugaba con sus cerebros.

MISS YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora